21 de noviembre. Presentación de María en el templo «Jornada pro orántibus»
Al menos en siete Ángelus y una Audiencia general, los papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco han hablado de la Jornada pro orántibus, ubicándola el 21 de noviembre, memoria litúrgica de la Presentación de la Santísima Virgen María en el templo. No hemos visto ninguna alusión a dicha Jornada en las Homilías y Ángelus del domingo de la Santísima Trinidad.
De los siete Ángelus, tres son del domingo 33 del Tiempo Ordinario, y cuatro son del domingo de Cristo Rey del universo; dos coincidieron el 21 de noviembre, y cinco fueron antes o después. Todo ello indica el interés de los Papas en que tal efeméride –la memoria de la presentación de María en el templo y la Jornada pro orántibus– no pasara desapercibida.
Y es un dato que debe corregirse; pues no se puede seguir celebrando en España la “Jornada pro orántibus” el domingo de la Santísima Trinidad cuando la Iglesia universal, en la persona de los Papas, la fija, desde el 21 de noviembre de 1953, en que se instituyó, para la memoria litúrgica de la Presentación de la Santísima Virgen María en el templo. La última confirmación de ello nos la ofrece el papa Francisco en lamAudiencia general del 20 de noviembre del año pasado, cuyo texto lesm ofrezco en lo que les he enviado.
Fray Gregorio Cortázar Vinuesa, OCD
Presentación de María en el templo «Jornada pro orántibus»
San Juan Pablo II, Ángelus 8-12-1978 (es fr en it pt): «Desde sus primerísimos años María deseaba pertenecer sin reservas, completamente, al Señor, como atestigua la conmemoración de la Presentación, que se celebra cada año el 21 de noviembre».
(1/8) San Juan Pablo II, Ángelus 15-11-1998 (es en it pt): «Me complace recordar que el próximo sábado 21 de noviembre, fiesta de la Presentación de la santísima Virgen María en el templo, celebraremos la Jornada pro orántibus, dedicada al apoyo espiritual y material de los conventos de clausura, especialmente de los que se hallan en situaciones de apuro o dificultad. Al tiempo que expresamos a nuestras hermanas las monjas de clausura nuestra profunda gratitud por su valioso testimonio de los valores de la vida contemplativa, encomendamos su camino espiritual a la intercesión de la santísima Virgen, modelo sublime de recogimiento y oración para todos los fieles, en cualquier condición de vida».
(2/8) San Juan Pablo II, Ángelus 21-11-2004, Solemnidad de Cristo Rey del universo (de es fr en it pt): «Hoy se celebra la Jornada pro orántibus. A María santísima encomiendo las comunidades de vida contemplativa, a las que saludo con afecto. Que nunca les falte a estos hermanos y hermanas nuestros el apoyo espiritual y material de todos los fieles».
(3/8) Benedicto XVI, Ángelus 20-11-2005, Solemnidad de Cristo Rey del universo (de hr es fr en it pt): «Mañana, memoria litúrgica de la Presentación de la Santísima Virgen en el templo, se celebra la Jornada pro orántibus, es decir, por las comunidades religiosas de vida contemplativa. En nombre de toda la Iglesia, expreso gratitud a cuantos consagran su vida a la oración en la clausura, dando un testimonio elocuente del primado de Dios y de su reino. Exhorto a estar cerca de ellos con nuestro apoyo espiritual y material».
(4/8) Benedicto XVI, Ángelus 19-11-2006 (de hr es fr en it pt): «Queridos hermanos y hermanas: Pasado mañana, 21 de noviembre, con ocasión de la memoria litúrgica de la Presentación de María santísima en el templo, celebraremos la Jornada pro orántibus, dedicada al recuerdo de las comunidades religiosas de clausura. Es una ocasión muy oportuna para dar gracias al Señor por el don de tantas personas que, en los monasterios y en los eremitorios, se dedican totalmente a Dios en la oración, en el silencio y en el ocultamiento.
[«La Iglesia, Esposa del Verbo, lleva a cabo el misterio de su unión exclusiva con Dios, de modo ejemplar, en los que se entregan a la vida íntegramente contemplativa… El desierto claustral es una gran ayuda para conseguir la pureza de corazón…, porque limita a lo esencial las ocasiones de contacto con el mundo exterior» (Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, Instrucción Verbi Sponsa, 13-5-1999, 1 y 5: de es fr en it lt pt)].
Algunos se preguntan qué sentido y qué valor puede tener su presencia en nuestro tiempo, en el que hay numerosas y urgentes situaciones de pobreza y de necesidad que se deben afrontar. ¿Por qué “encerrarse” para siempre entre las paredes de un monasterio y privar así a los demás de la contribución de las propias capacidades y experiencias? ¿Qué eficacia puede tener su oración para la solución de los numerosos problemas concretos que siguen afligiendo a la humanidad?
Sin embargo, de hecho también hoy, suscitando con frecuencia la sorpresa de amigos y conocidos, muchas personas abandonan carreras profesionales a menudo prometedoras para abrazar la austera regla de un monasterio de clausura. Solo las impulsa a un paso tan comprometedor el haber comprendido, como enseña el Evangelio, que el reino de los cielos es “un tesoro” por el cual vale de verdad la pena abandonarlo todo (cf Mt 13, 44). En efecto, estos hermanos y hermanas nuestros testimonian silenciosamente que en medio de los acontecimientos diarios, a veces bastante turbulentos, el único apoyo que no vacila jamás es Dios, roca inquebrantable de fidelidad y de amor.
“Todo se pasa, Dios no se muda”, escribió la gran maestra espiritual santa Teresa de Ávila en uno de sus célebres textos. Y ante la necesidad generalizada que muchos sienten de salir de la rutina diaria de las grandes aglomeraciones urbanas en busca de lugares propicios para el silencio y la meditación, los monasterios de vida contemplativa se presentan como “oasis” en los que el hombre, peregrino en la tierra, puede beber mejor en las fuentes del Espíritu y saciarse a lo largo del camino.
Por tanto, estos lugares, aparentemente inútiles, son en realidad indispensables, como los “pulmones” verdes de una ciudad: hacen bien a todos, incluso a quienes no los frecuentan y tal vez ignoran su existencia.
Queridos hermanos y hermanas, demos gracias al Señor, que en su providencia ha querido las comunidades de clausura, masculinas y femeninas. No les privemos de nuestro apoyo espiritual y también material, para que puedan cumplir su misión: mantener viva en la Iglesia la ardiente espera de la vuelta de Cristo. Para ello, invoquemos la intercesión de María, a quien, en la memoria de su Presentación en el templo, contemplaremos como Madre y modelo de la Iglesia, que reúne en sí ambas vocaciones: a la virginidad y al matrimonio, a la vida contemplativa y a la activa».
(5/8) Benedicto XVI, Ángelus 16-11-2008 (de hr es fr en it pt): «El viernes próximo, 21 de noviembre, memoria litúrgica de la Presentación de la Santísima Virgen en el templo, se celebrará la Jornada pro orántibus, por las comunidades religiosas de clausura. Demos gracias al Señor por las hermanas y los hermanos que han abrazado esta misión, dedicándose totalmente a la oración, y viven de lo que reciben de la Providencia. Roguemos también nosotros por ellos y por las nuevas vocaciones, y comprometámonos a ayudar a los monasterios en sus necesidades materiales. Queridas hermanas y queridos hermanos, vuestra presencia en la Iglesia y en el mundo es indispensable. Estoy cerca de vosotros y os bendigo con gran afecto».
(6/8) Benedicto XVI, Ángelus 22-11-2009, Solemnidad de Cristo Rey del universo (de es hr fr en it pt): «Ayer, memoria de la Presentación de la Santísima Virgen María en el templo, se celebró la Jornada pro orántibus, en favor de las comunidades religiosas de clausura. Aprovecho de buen grado la ocasión para dirigirles mi saludo cordial, renovando a todos la invitación a sostenerlas en sus necesidades. En esta circunstancia, me alegra también dar las gracias públicamente a las monjas que se han sucedido en el pequeño monasterio del Vaticano: clarisas, carmelitas, benedictinas y, desde hace poco, visitandinas. Vuestra oración, queridas hermanas, es muy valiosa para mi ministerio».
(7/8) Benedicto XVI, Ángelus 21-11-2010, Solemnidad de Cristo Rey del universo (de hr es fr en it pt): «En la memoria de la Presentación en el templo de la santísima Virgen María, que se celebra hoy, la Iglesia recuerda con particular afecto a las monjas y monjes de clausura: es la Jornada pro orántibus, que renueva también la invitación a sostener concretamente a estas comunidades. A ellas imparto de corazón mi bendición».
(8/8) Francisco, Audiencia general 20-11-2013 (de ar hr es fr en it pl pt): «En la memoria litúrgica de la Presentación de María Santísima en el Templo celebraremos la Jornada pro orántibus, dedicada al recuerdo de las comunidades religiosas de clausura. Es una ocasión oportuna para dar gracias al Señor por el don de tantas personas que, en los monasterios y en las ermitas, se dedican a Dios en la oración y en el silencio activo. Demos gracias al Señor por los testimonios de vida claustral y no hagamos faltar nuestro apoyo espiritual y material a estos hermanos y hermanas, a fin de que puedan realizar su importante misión».