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Ángelus y audiencias de Juan Pablo II sobre la Fiestas de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Trabajo recopilado por fray Gregorio Cortázar Vinuesa, OCD

NVulgata 1 1 Ps EBibJer2ed (en)

Juan Pablo II, Ángelus 29-9-1985 (sp it): «Hoy se celebra la fiesta de los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, príncipes de la milicia celeste, a quienes se recuerda en algunos episodios de la Sagrada Escritura: Miguel, que significa “¿Quién como Dios?”, viene presentado en el Apocalipsis (12, 7) en acto de combatir las potencias infernales; Gabriel, que significa “Fortaleza de Dios”, es enviado a la Virgen María para anunciarle su vocación a ser Madre del Redentor; Rafael, que significa “Medicina de Dios”, es enviado por el Señor a Tobías para curarlo de la ceguera. La liturgia nos invita a sentir cercanos, como amigos y protectores ante Dios, a estos tres Arcángeles y a nuestro Ángel custodio. Que ellos nos protejan y nos guíen en el camino de la vida cristiana».

Juan Pablo II, Ángelus, 29-9-2002 (ge sp fr en it po): «4. La plegaria que nos disponemos a rezar ahora, se inicia recordando el anuncio del arcángel Gabriel a la Virgen María. Precisamente hoy se celebra la fiesta de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael: que estos poderosos ministros de Dios nos obtengan corresponder siempre con amor generoso a su voluntad».

Juan Pablo II, Audiencia general 6?8?1986 (sp it po): «La Iglesia, proponiendo con franqueza toda la verdad acerca de Dios creador incluso de los ángeles, cree prestar un gran servicio al hombre… El encuentro religioso con el mundo de los seres puramente espirituales se convierte para el hombre en preciosa revelación de su ser no sólo cuerpo, sino también espíritu, y de su pertenencia a un proyecto de salvación verdaderamente grande y eficaz dentro de una comunidad de seres personales que, para el hombre y con el hombre, sirven al designio providencial de Dios».

Juan Pablo II, Audiencia general 20?8?1986 (sp it po): «A los ángeles buenos, mensajeros del amor de Dios, dirigimos nuestra oración: “Ángel de Dios, que eres mi custodio, ilumíname, custódiame, rígeme y gobiérname, ya que he sido confiado a tu piedad celeste”». Original latín: «Ángele Dei, qui custos es mei, me tibi commíssum pietate superna, illúmina, custodi, rege et guberna».

 

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