Este lunes se ha celebrado el quinto Panel de experiencia y participación que se ha realizado en Granada
El Congreso “La Iglesia en la Educación” ha continuado este lunes con el quinto Panel de experiencia y participación que se ha emitido en directo desde Granada. De esta forma se continua con este Congreso, organizado por la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura, que tendrá su sesión final el 24 de febrero en Madrid. El tercero de los temas abordados han sido los centros de formación profesional de ideario cristiano.
El evento ha estado moderado por el director de la Fundación Pablo VI, Jesús Avezuela, y el primer turno de intervención ha versado sobre la universidad desde el pensamiento cristiano. Amparo Jiménez, perteneciente a la Universidad Pontificia de Salamanca, ha valorado el valor diferencial de la Universidad cristiana. «Dentro de los diferentes fines de la universidad, encontramos que la formación de personas, no solo profesionales, se encuentra entre las directrices fundamentales de la misma. Formar ciudadanos que, a través de sus conocimientos sean capaces de trasformar su entorno social. Crear conocimientos a partir del desarrollo de contenidos tanto curriculares como extracurriculares y una tutorización seria y rigurosa que permitan involucrar a los alumnos universitarios y posteriores titulados en el desarrollo económico, social y cultural de la sociedad desde una visión cristiana y una vocación de servicio».
Por otro lado, Ramiro Pellitero, de la Universidad de Navarra, ha indicado que «el Core curriculum desea contribuir a la formación de los estudiantes para estos desafíos, sociales, culturales, éticos, eclesiales y educativos, en el marco de un proyecto educativo de inspiración cristiana. En él se propone una visión profunda del ser humano, como alguien dotado de dignidad y abierto a la dimensión espiritual. Coherentemente con su inspiración cristiana, esta formación es respetuosa con quienes tienen otra religión o no creen en Dios. Al mismo tiempo muestra cómo la tradición cristiana se pregunta por la verdad y está abierta al diálogo con todos. Con ello pretende ofrecer una valiosa perspectiva para afrontar los retos de la sociedad actual».
El segundo de los bloques se ha dirigido al trabajo en Red. Mª Amor Martín, del Centro de Magisterio Sagrado Corazón de Córdoba, ha señalado que «son tiempos revueltos para la educación. Los desafíos son muchos. Entre ellos se pueden destacar, en primer lugar, el reconocimiento de los Centros de Magisterio y facultades, encargados de la formación inicial de los maestros y maestras de Educación Infantil y Primaria. Ser formadores de formadores merece reconocimiento a nivel profesional, social, político y económico. En el caso de los Centros de Magisterio de la Iglesia, su valor es capital al ser formadores de formadores católicos».
Teodor Mellen, de la Universidad Ramón Llull de Barcelona, expresa que «uno de los retos más importante que aparece en la propuesta pastoral universitaria conjunta procede de la creciente secularización y el incremento de la indiferencia religiosa que se vive especialmente entre los jóvenes, los universitarios y los que se encuentran en geografías donde se produce un mayor intercambio cultural con personas de otros lugares y tradiciones como la ciudad de Barcelona. Cada vez más, en una ciudad como Barcelona la religión tiende a ocupar un lugar menos central en la vida de las personas y en su toma de decisiones».
El tercero de los temas abordados ha sido la presencia y apertura de la teología en la universidad. Juan Pedro Rivero González y Gerardo Trujillo Calellas, de la Universidad de la Laguna de Tenerife defienden que «entre los desafíos presentes está el ampliar el radio de profesores colaboradores de la universidad, ampliar el público de nuestras actividades, plantear algunas actividades centradas en los alumnos y continuar con las labores divulgativas. Retos en el ámbito de la educación que repercuten a nivel local y se insertan en el nivel nacional e internacional está la creciente secularización, el fuerte cambio antropológico, un cierto individualismo y pragmatismo inserto en los planteamientos de la enseñanza, el hecho local que la presencia del turismo influye en el imaginario de una vida plena, el desempleo, la fragmentación de la familia».
Por su parte, Pablo Guija, de la Universidad de Sevilla, ha expuesto que «La indiferencia religiosa está cundiendo a todos los niveles, dentro del mundo universitario también. El menosprecio a lo religioso como un fruto de la sugestión o de la decisión personal sin ningún tipo de racionalidad es cada vez más habitual. Además, existen asociaciones como UniLaica que existen por y para eliminar la presencia de lo religioso de las universidades públicas. Sin embargo, propiciar el diálogo sigue siendo una tarea esencial dentro de la misión del bautizado. Sin diálogo, no hay conversión (véase Jn 4 o Lc 24)».
El tercer bloque ha versado sobre la acción tutoría y el acompañamiento a la comunidad cristiana. Este bloque ha sido abierto por José Carlos Contreras y Juan José Medina, del Centro de Magisterio La Inmaculada de Granada. Explican que «los desafíos que tenemos por delante no son diferentes a los que tiene la Iglesia universal: la evangelización en un mundo como el actual marcado por el utilitarismo y la cosificación del ser humano. Es preciso, en primer lugar, hacerse creíble como Iglesia a través de una realidad de vida sincera, coherente y comprometida. En general los jóvenes son muy sensibles a las incoherencias y las teorizaciones desencarnadas. En general valoran el entusiasmo y que la vida y la palabra vayan de la mano. Es necesario mostrar con entusiasmo la Doctrina Social de la Iglesia, la acción santificante de los cristianos comprometidos, así mismo la importancia de la oración, la contemplación, la vivencia íntima del Señor como fuente de todo lo demás. Y ello sin dualismos entre la acción y la contemplación. Posiblemente el reto mayor es saber convertir a los propios jóvenes en evangelizadores-misioneros de los jóvenes, donde los adultos acompañan, comparten su experiencia, pero saben respetar los procesos de cada uno sin prisas y sin paternalismos».
El último de los bloques ha tratado la responsabilidad social universitaria. Mercedes Sánchez, de la Universidad Católica Santa Teresa de Jesús de Ávila, indica que «El principal desafío es acoger el deseo que los jóvenes universitarios tienen de ayudar y entregar su tiempo a los demás, para que esa experiencia de verano les lleve, en ese deseo, a descubrirse a sí mismos, a los demás y a Dios en ese deseo. Para eso, este tipo de actividades deben incluir espacios de silencio y reflexión».