Queridos hermanos:
El próximo día 12 de octubre dará comienzo el Año Jubilar dedicado a Nuestra Señora de la Montaña con ocasión del I Centenario de la Coronación de su venerada imagen. La Santa Sede ha concedido, con tal motivo, Indulgencia Plenaria, que podrá ganarse tanto en el Santuario de la Montaña como en la Concatedral de Santa María de Cáceres.
Es un acontecimiento muy especial que producirá abundantes frutos de conversión y santidad en la ciudad de Cáceres que venera a la Virgen de la Montaña como Patrona, y también para toda la diócesis y para los devotos de la Madre de Dios, que crucen la Puerta Santa movidos por el amor a nuestra Madre del cielo. Aunque cada pueblo y ciudad tenga su propia advocación mariana, no hay competencia posible. El amor a María no divide; nos une como hermanos de una misma familia.
Por eso, mi mensaje se dirige a todos. Todos estamos invitados a participar en las celebraciones y los actos que se organizarán en este Año Jubilar para alcanzar abundantes gracias. “Ha hecho obras grandes por mí” es el lema que nos convocará. La obra más grande que Dios ha hecho por María y por nosotros ha sido la redención del pecado y de la muerte eterna. María, toda belleza, brilla en nuestro camino como estrella y guía hacia la salvación futura. Solo ella fue preservada del pecado original en previsión de los méritos de la pasión de su Hijo, y fue la primera criatura elevada a la gloria celeste junto a su Hijo resucitado.
Lo que contemplamos en María, una de nuestra raza, lo esperamos también para nosotros. Una Indulgencia Plenaria es una ocasión singular que no podemos dejar escapar para reavivar nuestra fe en Dios y nuestra confianza en su misericordia que es eterna y “llega a sus fieles de generación en generación”. La indulgencia divina es una puerta abierta al cielo que nos permite, no solo liberarnos de la culpa que nos pesa en esta vida, sino también de las penas del juicio futuro.
Los días 12 y 13 de octubre en el Santuario de la Montaña y en la Concatedral respectivamente, tendremos la solemne celebración de la eucaristía con la apertura de la Puerta Santa. En el Santuario impartiré la Bendición Papal con la Indulgencia Plenaria. A partir de ese momento, en ambos templos se facilitará durante todo el Año la reconciliación sacramental, la comunión y la oración por las intenciones del Santo Padre para ponerse a bien con Dios en esta oportunidad tan singular.
Ponemos este Año Jubilar bajo la intercesión de San Pedro de Alcántara, que se distinguió por su devoción a la Santísima Virgen, a la que rezaba con su proverbial humildad: “¡Oh María, Virgen Santísima, Madre de Dios, Reina del cielo, Señora del mundo! Ruega por este pobre desterrado y peregrino, y parte con él de las sobras de tu abundantísima caridad”.
Bajo el manto de la Santísima Virgen de la Montaña nos acogemos con la confianza de que moverá los corazones de todos nosotros para cercarnos a su divino Hijo, que es el Camino la Verdad y la Vida, y cantar como ella las obras grandes que Dios hace por nosotros.
Con mi afecto y bendición,
+ Jesús Pulido
Obispo de Coria-Cáceres
