Se cumple el quinto centenario del nacimiento de Diego de Covarrubias (Toledo 1512, Madrid 1577). Considerado como uno de los grandes personajes españoles del siglo XVI por su calidad de hombre de estado, humanista y bibliófilo, es objeto de una exposición –de visita más que recomendable en este Año de la Fe- que finaliza el próximo 27 de enero de 2013 , y en cuya web hay una sucinta e interesante biografía del mismo que comento seguidamente http://bibliotecahistorica.usal.es/index.php?option=com_content&view=article&id=121%25.
Fue Obispo de la Iglesia Católica, de Ciudad Rodrigo (1560-64) y de Segovia (1564-77), en cuya catedral puede venerarse su sepulcro.
Importante humanista y jurista del siglo XVI, en la exposición se muestran algunos tesoros de su biblioteca (manuscritos griegos, incunables, ediciones ilustradas, encuadernaciones originales, documentos sobre la Universidad de Salamanca, en la que estudió y enseñó, anotaciones en los márgenes de sus libros, ex-libris, etc.). De la credibilidad del evento cultural da cuenta el hecho de que una de sus coordinadoras, Inmaculada Pérez Martín, es científica en activo en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), mayor y más longevo organismo de investigación científica de la historia de España fundado por los católicos Ibáñez Martín y Albareda.
Diego de Covarrubias y Leyva fue hijo de Alonso de Covarrubias, arquitecto real y maestro mayor de la catedral de Toledo, y de María Gutiérrez de Egas, de una estirpe de arquitectos flamencos instalados en España. Con once años llegó a Salamanca en 1523 y fue colegial del San Salvador de Oviedo, uno de los cuatro colegios mayores salmantinos. En la Universidad de Salamanca, fundada por la Iglesia Católica, Diego estudió Gramática y Humanidades, matriculándose en Derecho en 1527, y doctorándose más tarde en cánones y leyes. Ejerció de catedrático de cánones de la Universidad de Salamanca, y en 1548 fue nombrado oidor de la Chancillería de Granada, momento en el que comenzó su carrera eclesiástica y administrativa, que le llevaría a ser respectivamente obispo en 1560 de Ciudad Rodrigo y en 1564 de Segovia, así como en 1572 presidente del Consejo Real de Castilla y un año después miembro también del Consejo de Estado.
Felipe II le nombró visitador de la Universidad de Salamanca entre 1560 y 1561, momento en el que elaboró nuevos Estatutos en los que, por primera vez, la autoridad real quedaba reforzada frente a la influencia del papado. Siendo obispo de Ciudad Rodrigo, Diego de Covarrubias fue elegido en 1562 para participar en el Concilio de Trento.
Formado en la Escuela Salmantina –a cuyos ilustres miembros Francisco de Vitoria y Francisco Suárez el CSIC les rindió culto en sus inicios, entre otros modos creando instituciones de investigación científica profesional en teología por primera vez en la historia de España- fue favorable al antiesclavismo, conociendo de primera mano lo que hoy los fundamentos económicos del actual libre mercado, etc. Autor de numerosas obras jurídicas, fue también un gran coleccionista de libros, que leyó, estudió y terminó donando al Colegio de Oviedo, por lo que en la actualidad se encuentra en gran medida en la Biblioteca Universitaria de Salamanca. Retratado por Sánchez Coello y por El Greco, sus sobrinos Sebastián de Covarrubias y Juan de Horozco le dedicaron elogiosas páginas en el Tesoro de la lengua castellana y en los Emblemas morales.