Francisco Javier Balmis Berenguer (1753-1819) fue un médico español de origen alicantino cuyo apellido dio nombre a una internacionalmente famosa expedición de vacunación, la primera en la historia de la humanidad, conocida como la ‘Expedición Balmis’. En su honor y ahora en plena pandemia Covid 19 las Fuerzas Armadas españolas han denominado a su intervención ‘Operación Balmis’. Sus arraigadas convicciones católicas han sido sorprendentemente ocultadas por la mayor parte de la historiografía sobre su persona, como la de la práctica totalidad de los personajes egregios de la historia de la ciencia española que poco a poco aquí en Ecclesia vamos descubriendo para todos.
En sus testamentos dio buena cuenta de sus creencias, al incluir las disposiciones espirituales, relacionadas con los aspectos divinos, salvación del alma, declaración de fe… siguientes, señalando como albacea a D. Miguel Garagorri, presbítero capellán en casa del Sr. Marqués de Bélgida: «Lo primero mando y encomiendo mi alma a Dios Nuestro Señor (…) En el nombre de Dios todo Poderoso amén… Creyendo y confesando como creo y confieso en el misterio de la Santísima Trinidad Padre, Hijo y Espíritu Santo, y en todos los demás misterios y sacramentos que tiene nuestra Santa Madre Iglesia Católica Apostólica Romana bajo de cuya verdadera fe y creencia he vivido, vivo y protesto vivir y morir como católico fiel cristiano…Temeroso de la muerte que es natural y precisa a toda natura humana y su hora incierta para cuyo amargo trance invoco por mi intercesora protectora y abogada a la serenísima reina de los Ángeles María Santísima Madre de Dios Señora nuestra refugio de pecadores…mando ser amortajado con el hábito de capuchino de V.P. San Francisco, y sepultado en nicho del cementerio de la parroquia de donde aconteciera mi fallecimiento, que la forma de entierro sea con la menor pompa posible, mando celebrar la misa novenario en la misma parroquia, por todo lo cual se pagarán los derechos acostumbrados… Mando que se digan por mi alma cuatrocientas misas rezadas, su limosna de cada una seis reales de vellón, de los cuales, sacada la cuenta correspondiente a la parroquia, las demás se digan y repartan en los conventos de Capuchinos y Carmen Calzado de esta corte, pues así es mi voluntad»
También dejó escritas muestras de su catolicidad en la Introducción a su traducción del ‘TRATADO HISTORICO Y PRACTICO DE LA VACUNA’, que contiene en compendio el origen y los resultados de las observaciones y experimentos sobre la vacuna, con un examen imparcial de sus ventajas y de las objeciones que se le han puesto, con todo lo demás que concierne a la práctica del nuevo modo de inocular’ de J.L. MOREAU (DE LA SARTHE) (1803, IMPRENTA REAL MADRID), donde de forma más inequívoca dejaría escrito un testimonio de su fe cuando dijo cosas tales como:
‘En tal estado parece que la divina Providencia, compadecida del género humano, ha manifestado en nuestros días el nuevo descubrimiento del cowpox ó viruelas de le vacas en Inglaterra, para libertarle del cruelísimo azote de las viruelas por medio del inmortal Dr. Jenner, á cuyo celo y genio observador se debe el conocimiento, propagación y confirmación de este nuevo hallazgo, que miran los sabios como á su absoluto destructor y eficaz preservativo’.
El Dr. Jenner, inventor y padre de la vacunación, también tenía profundas convicciones cristianas.
El propio Dr. Moreau, autor de la obra anteriormente mencionada y también creyente, escribiría en el primer capítulo del Libro 1 ‘CONSIDERACIONES RELATIVAS Á LA INOCULACION DE LA VACUNA’ de la misma, claras indicaciones de que el clero católico participaba en los planes de vacunación previstos por el Dr. Moreau:
‘De las circunstancias de edad, salud, estación, constitución en que se puede vacunar. Convencidos pues justamente los médicos de Ginebra de las ventajas que resultan de vacunar á los niños muy tiernos, se dedicaron a generalizar la práctica de inocularlos á pocos días de haber nacido; y con el fin de disminuir, por medio de esta saludable precaución, la mortandad de tanto virolento, hicieron repartir entre el pueblo por conducto del clero el siguiente aviso que insertamos con aquel respeto religioso que se debe á los sentimientos filantrópicos y virtuosos.
Aviso a los padres de familia
El hijo que tenéis presente. está expuesto a un inminente riesgo de contagiarse de las viruelas, enfermedad que hace ocho siglos que
vino á Europa, y que se ha propagado de tal modo, que ya no se la
puede desterrar, siendo moralmente imposible preservarse los niños
sino por medio de la inoculacion. Felizmente por un gran beneficio de la divina Providencia se ha descubierto poco tiempo hace un nuevo modo de inocular, comprobado con muchos millares de experimentos, que han demostrado
que es tan seguro como eficaz, y que puede sin el menor inconveniente usarse en todas las estaciones del año, y en los niños más débiles, tiernos y delicados’.
Televisión Española produjo en 2016 una película sobre la Expedición Balmis, titulada «22 ángeles» dirigida por Miguel Bardem. No sólo no se hizo mención alguna a las creencias de Balmis, si no que se le presentó como un descreído, algo que no fue en absoluto. Además, se incluyeron en el reparto varios personajes relacionados con la Iglesia ficticios, es decir, producto de la invención y sin base científica alguna, obispo incluido, oponiéndose a Balmis, cuando lo que ocurrió fue justamente lo contrario, como se ha mencionado en la obra del Dr. Moreau.