Católicos y científicos: Víctor García Hoz, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
Víctor García Hoz (1911-1998) fue un pedagogo español que propuso una nueva metodología docente, hoy en práctica en España y en varios países más del mundo, llamada EDUCACIÓN PERSONALIZADA. De la importancia de la misma y del personaje habla por sí sólo el hecho de que su estudio ha sido ya objeto de varias tesis doctorales, de entre las cuales destaca por su interés la de Antonio Bernal-Guerrero titulada “El pensamiento pedagógico de Víctor García Hoz”. Pero, querido lector, si has llegado hasta aquí y no te sonaba de nada el nombre de nuestro personaje, te explico por qué no conoces nada de él: militó en las filas de Acción Católica desde muy joven y fue uno de los tres primeros socios supernumerarios, es decir, incorporados casados, del Opus Dei y claro, si uno quiere formar parte del colectivo actual de intelectuales, pues no puede hablar bien de alguien del Opus Dei porque ha de comportarse como un auténtico danbraunista, algo que yo evidentemente no soy.
Primer doctor en Pedagogía de España, con una tesis sobre el concepto de lucha ascética en la educación de la juventud dirigida por Juan Zaragüeta, cura católico experto en pedagogía, fue maestro en Jaén y en Madrid, y en 1944 ganó la Cátedra de Pedagogía Superior en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense. Sus investigaciones científicas en pedagogía se dirigieron primeramente a sistematizar los conocimientos pedagógicos, publicando “Principios de Pedagogía Sistemática” y “Pedagogía Visible y Educación Invisible”. Tras revisar los conocimientos existentes, realizó su propuesta novedosa: educación personalizada. Esta corriente pedagógica se ha extendido por España, Portugal, Italia y toda Iberoamérica. En una etapa de estudio posterior se interesó por los aspectos antropológicos de la pedagogía.
Publicó cerca de medio centenar de libros, muchos de ellos traducidos a otros idiomas.
Tratado de educación personalizada (1997)
Fuerte en la edad avanzada (1990)
Educación personalizada (1985)
La investigación del profesor en el aula (1984)
Madurez y educación sexual (1981)
La educación en la España del siglo XX (1980)
Organización y dirección de centros educativos (1975)
Normas elementales de pedagogía empírica (1970)
La tarea profunda de educar (1962)
Principios de pedagogía sistemática (1960, con sucesivas ediciones hasta 1990)
Cuestiones de filosofía de la educación (1952)
El nacimiento de la intimidad (1950)
Sobre el maestro y la educación (1944)
Pedagogía de la lucha ascética (1941)
El concepto de lucha en la ascética española y la educación de la juventud (1940, Tesis Doctoral).
Su obra más importante fue el “Tratado de educación personalizada” que, terminada en 1997, está compuesta de treinta y tres volúmenes y fue realizada en colaboración con profesores europeos y americanos. En este nuevo sistema se persigue que sea el alumno quien tome la iniciativa de su trabajo, algo que alcanza mediante un proceso denominado de «personalización», en el que toma conciencia de sí mismo, de aquello a lo que aspira profundamente, motivándole desde fuera. Resulta posible llegar hasta Platón – «Se llega a la verdad con toda el alma»- en la búsqueda de sus antecedentes: el espíritu unido al cuerpo llega a la verdad, que para Platón se encuentra indisolublemente unida al bien del individuo y de la ciudad. Platón pretendía ayudar a sus discípulos a encontrar la verdad por sí mismos -«Qui facit veritatem venit ad lucem»-, algo que, primero San Juan evangelista y luego San Agustín trasladaran del terreno metafísico al religioso, viajando de la filosofía griega a la teología cristiana. Posteriormente durante el Renacimiento, los jesuitas en sus colegios indujeron a sus alumnos a que el estudio de los textos y de los autores se realizara de forma personal, constituyendo la fuente de una multitud de ejercicios e iniciativas, bien individuales o de grupo –prelecciones, academias…- en un período en el que el humanismo consideraba que el conocimiento de los textos antiguos era la base y el todo de la formación. Esta novedosa forma de aprendizaje fue lo que hizo que los Padres de la Compañía de Jesús recibieron llamamientos de todas partes con el fin de que fundaran nuevos colegios que, durante los siglos XVI, XVII y XVIII, les llevaron a fundar numerosos colegios en Europa, América e inclusive en la India, formando a personalidades tanto en la sociedad como en la Iglesia, lo que al final les comportó el feroz ataque de la masonería internacional. Como se ocupaban de los disminuidos, se las ingeniaron para enseñarles, enriqueciendo la pedagogía con nuevos elementos, más científicos y con un material de enseñanza : el material didáctico. Se dibujaron progresivamente a lo largo de los siglos XIX y XX las grandes líneas de las múltiples reeducaciones. Se llegaron a aplicar al alumno normal los medios pedagógicos descubiertos por estos inventores y pedagogos geniales, tales como Itard y su
discípulo Edouard Seguin etc., aplicando una estricta individualización y considerando que cada individuo era una persona susceptible de progresar cualesquiera que fueran sus desventajas. Esta pedagogía personalizada fue aplicada por Ovide Decroly en Bélgica, María Montessori, en Italia, y más tarde en todo el mundo Miss Parkhurst, su discípula, en los Estados Unidos, Helen Lubbienska de Lenval, en Francia, consiguiendo que tras despertar el espíritu a partir de ejercicios corporales y de actividades, tanto manuales como artísticas o culturales, en colaboración con la familia incluso dando a los padres cursillos pedagógicos y ampliando así de la comunidad educadora, se produjera la instrucción de manera eficiente persiguiendo formar en alumnos, profesores y padres el espíritu crítico frente a toda la información que reciben, para que sepan discernir la verdad del error, única forma de evitar la manipulación de las ideas, estimulando al alumno a realizar un proyecto de vida, conociendo su entorno y perfeccionando sus capacidades para desarrollar autonomía y libertad.
En los años 60 García Hoz puso en marcha con otros profesionales y padres de alumnos “Fomento de Centros de Enseñanza”, que propulsó la creación de colegios con su sistema de educación personalizada incorporado y que funcionan a día de hoy con una demanda muy superior a su oferta y con un constante éxito de formación y posterior colocación.
Además todo lo hizo desde la ciencia. Víctor García Hoz fue el primer director del instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid, y también fue director del Instituto de Pedagogía “San José de Calasanz” del CSIC hasta 1981; fundó la Sociedad Española de Pedagogía y su revista Bordón, y fue académico de la Real de Ciencias Morales y Políticas..
La mitología laicista ha llegado a hacer creer a una buena parte de la sociedad que los avances pedagógicos acaecidos en la España Moderna se han debido en exclusiva a la actividad laicista de la Institución Libre de Enseñanza y de los gobiernos laicistas de la IIª República, pero lo cierto es que desde la Edad de Plata, la participación de los católicos en el avance de los métodos educativos no ha cesado de alentar mejoras sin renunciar a la formación integral de la persona incluída su relación con Dios. De ahí que a pesar de la Persecución Religiosa, a día de hoy siga habiendo magníficos profesionales, colegios y universidades católicas a la vanguardia de la formación de las personas contemporáneas, lo cual demuestra fehacientemente que religión y escuela son compatibles, le pese a quien le pese, o dicho de otro modo, que hay quien miente cuando dice lo contrario.