Queridos hermanos:
Este domingo 29 de septiembre es la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que este año lleva por lema: “Dios camina con su pueblo”.
La mejor imagen de la Iglesia es la del camino. La Iglesia es el pueblo de Dios en marcha, en éxodo, desde la esclavitud del pecado a la liberación de la Tierra Prometida. La Iglesia no es un pueblo establecido, acomodado a este mundo y a su bienestar. Los migrantes nos anuncian el evangelio, nos sacan de nuestra comodidad y nos recuerdan lo que somos: peregrinos en este mundo.
Ciertamente es una crisis humanitaria la marea humana que se desplaza huyendo de la falta de oportunidades y de seguridad, a causa de las sequías y las hambrunas, amenazados por las guerras y la violencia… Es un gran reto para la sociedad de nuestros días, para los gobiernos, para las organizaciones internacionales afrontar esta crisis, en sus efectos y en sus causas, con solidaridad, respetando los derechos y la dignidad de las personas.
Para la Iglesia, pueblo de Dios en marcha, no basta con darles de comer y socorrer sus necesidades, no es suficiente legalizar su situación. Si así fuera, si nos contentáramos con eso, la Iglesia no pasaría de ser una ONG más que responde a cuestiones sociales, pero no realiza su misión propia.
Los migrantes no son solo personas a las que socorrer y ya está todo hecho, sino personas con las que compartir la fe y la vida, haciendo nuestras comunidades abiertas y acogedoras.
La Conferencia Episcopal Española ha publicado una exhortación pastoral que lleva por título “Comunidades acogedoras y misioneras. Identidad y marco de
la pastoral con migrantes”. ¡Cuánto me gustaría que este documento fuera presentado y recibido en nuestra diócesis! Cada vez son más personas de fuera que se establecen entre nosotros.
El día 29 de septiembre en Fuente del Maestre (Badajoz) se celebra lugar el IX Encuentro regional de migrantes y refugiados de Extremadura. Todos estamos invitados. Será una jornada festiva, viva… La delegación diocesana de personas migrantes y refugiadas pondrá a disposición los medios para participar.
Los hermanos migrantes nos aportan “la fe del peregrino”, que necesita a Dios como compañero de camino, que se encomienda a él antes de partir y recurre a él cuando se pierde el sentido…
Pido a las parroquias y a todas las comunidades de bautizados en la diócesis que pidan este domingo por los menores no acompañados que llegan a nuestras fronteras, por los jóvenes migrantes que se encuentran en situación de calle, por los hombres y mujeres que se ven obligados a salir de su patria en búsqueda de un futuro mejor, por los que pierden la vida en el intento, por las autoridades para que aborden la crisis con amplitud de miras, y por nuestras Iglesias para que no nos conformemos con la solidaridad y practiquemos la fraternidad.
Con mi bendición,