La Iglesia, a través de sus sacerdotes, religiosos, laicos y grupos de jóvenes, se lanza al barro para auxiliar y dar aliento a las personas golpeadas por la DANA
El número de ECCLESIA de este mes no iba a ser así, al menos en una parte. Las circunstancias, quizá la Providencia, quiso que la entrada en máquinas para la impresión en papel se retrasase, ofreciéndonos el chance de hacer una reorganización, ampliar algunas páginas y contarle lo que la Iglesia está haciendo ante esa gran tragedia que vive el Levante español tras el paso de la DANA y que nos ha conmocionado a todo.
La portada que ya teníamos preparada y que daba cuenta del Sínodo dejó paso al testimonio de la Iglesia en mitad de la tragedia. Así, encontrará en estas páginas los testimonios de primera mano de los sacerdotes en las zonas afectadas, que se han convertido en verdaderos ángeles entre el fango, como se titula el reportaje principal. O el de una religiosa en Algemesí, que se desgasta a pie de barro.
Junto a esta atención más urgente, con gran protagonismo de los jóvenes católicos, también queremos reflexionar sobre la cuestión del mal en nuestro mundo y, en este caso, de un mal natural. ¿Cómo encontrarle un sentido? ¿Cuál es el papel de Dios en todo esto? Después tocará afrontar las carencias materiales, ahí estará Cáritas, y el duelo, que asociaciones como Viktor Frankl de Valencia ayudarán a pasar.