“Ves cómo te apretuja la gente y preguntas ¿quién me ha tocado?” (Mc 5,31)
- También hoy muchas personas sufren en el cuerpo y en el espíritu. ¿Por qué no se acercan a Jesús buscando la curación que necesitan?
- Entre los que decimos ir siguiendo a Jesucristo, ¿por qué a veces se nota que no hay un acercamiento motivado por la fe?
- Por otra parte, ¿por qué a los discípulos de Jesús parece que no les inquieta que muchos se limiten a apretujar al Maestro?
- De todas formas, ¿no percibimos cada día que Jesús sí que presta atención a quienes lo buscan para tocarlo con fe?
- ¿En este momento y en esta cultura en que vivimos, qué puede significar acercarse a Jesús para tocarlo con fe?
- ¿Qué beneficios y qué curación puede traer para las personas de este tiempo el buscar el contacto con el Señor?
- ¿En qué momentos de mi propia vida debería yo haberme acercado a Jesús para lograr la curación que nadie más podía conseguirme?