El Pontífice se ha reunido este jueves con los miembros de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, reunida en asamblea plenaria en Roma
«Todos estamos llamados, especialmente las autoridades eclesiásticas, a conocer directamente el impacto de los abusos y a dejarnos sacudir por el sufrimiento de las víctimas, escuchando directamente sus voces y practicando esa cercanía que, a través de opciones concretas, las alivie, les ayude y prepare un futuro distinto para todos».
Estas son algunas de las palabras que al papa Francisco ha dirigido este jueves a los miembros de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, que celebra estos días su asamblea plenaria en Roma. Una vez más, el Pontífice ha confiado la lectura del texto a un colaborador.
Para el Pontífice, no es una opción no acoger ni escuchar, pues esto «agrava mucho el sufrimiento». «Es necesario ocuparse de ellos con un compromiso personal, del mismo modo que es necesario que esto se lleve a cabo con la ayuda de colaboradores competentes».
Además de la llamada a encontrarse con las víctimas, Francisco ha agradecido a todos los que participan en esta comisión creada en 2014 el tiempo y el esfuerzo que han dedicado a completar la investigación sobre la situación de los abusos en todo el mundo, pero, fundamentalmente, su dedicación al cuidado de las víctimas. «Es una vocación valiente», ha dicho.
Por otra parte, los ha animado a seguir adelante, porque ante el escándalo de los abusos y el sufrimiento de las víctimas puede llegar el desánimo. «El reto de reconstruir el tejido de vidas heridas y sanar el dolor es grande y complejo. Pero nuestro compromiso no debe desfallecer; es más, los animo a seguir adelante, para que la Iglesia sea siempre y en todas partes un lugar donde todos puedan sentirse en casa y cada persona sea considerada sagrada», ha recalcado.
Sus últimas palabras han sido para expresar una voluntad: «Que la Iglesia siga comprometiéndose con todas sus fuerzas en la prevención de los abusos, en su firme condena, en la atención compasiva a las víctimas y su compromiso permanente de ser un lugar hospitalario y seguro».