«Bienaventurados vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen» (Mt 13, 16)
- Las bienaventuranzas son expresiones que reflejan las cualidades y los valores que aprecia quien las pronuncia. ¿A qué personas se considera afortunadas en nuestra sociedad?
- En la bienaventuranza que Jesús dirige a sus discípulos proclama dichosos los ojos y los oídos de los que lo acogen. ¿También hoy se percibe y se valora la actitud de los que creen en Jesucristo?
- ¿Se consideran a sí mismos felices los que han recibido el don de la fe, caminan en la esperanza y se saben nacidos del amor y para el amor?
- Los sentidos corporales, como la vista y el oído, han sido imaginados como las celosías o las ventanas del alma. ¿Qué pasos deberíamos dar para que perciban la presencia de Dios en nuestra propia experiencia?
- ¿Las familias que se consideran cristianas ayudan a sus hijos a descubrir la bienaventuranza y la dicha que nacen de la fe en Jesucristo?
- ¿La vida, los documentos y la catequesis de la Iglesia dan testimonio ante el mundo de la felicidad que comporta vivir según el Evangelio?
- ¿Personalmente, yo me considero bienaventurado por haber recibido el don de la fe y doy testimonio humilde, constante y agradecido de esa felicidad?