El obispo auxiliar de Getafe y miembro de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada ha lanzado un mensaje de esperanza en la Asamblea General de la CONFER
La Comisión Episcopal para la Vida Consagrada también ha estado presente en la Asamblea General de la CONFER con la presencia de su directora, María José Tuñón, y de uno de los obispos miembros, José María Avendaño Perea. El presidente y obispo de León, Luis Ángel de las Heras, presidirá la Eucaristía del jueves.
Precisamente, Avendaño ha tomado la palabra durante la sesión de apertura de la asamblea. Y lo ha hecho con un mensaje de reconocimiento a la labor de tantos consagrados, representados por sus superiores en Madrid: «En el corazón de los que estamos hoy aquí están los pobres, los enfermos, los ancianos, los discapacitados»
Y ha continuado con un mensaje de ánimo y esperanza: «Hay esperanza, esa esperanza que necesita nuestro pueblo. Estamos llamados a ser hombres de esperanza en estos momentos convulsos. La vida consagrada apostólica es fundamentalmente semilla del Reino».
En este sentido, ha pedido no ser profetas de calamidades a pesar de la disminución de los números y ante las voces que dicen que la vida consagrada va a desaparecer. «Ustedes no son un residuo, son un resto profético lleno de esperanza, lleno de luz».
Por ello, ha pedido a todos los consagrados a tener los pies «en la tierra de nuestros contemporáneos y la mirada en el cielo». «Es preciso que los consagrados descubramos todos a Cristo que sigue encarnándose en el mundo contemporáneo», ha concluido.
