Incorpora los datos de denuncias de la auditoría de Cremades y Calvo-Sotelo, que asciende a 1.383 con más de 2.000 víctimas
La Conferencia Episcopal Española ha publicado este jueves la última edición Para dar luz, que se basa en el trabajo de las Oficinas diocesanas de protección de menores e incluye información sobre los casos de abusos recogidos en los tribunales eclesiásticos, en los tribunales civiles y en los medios de comunicación.
En este texto se integran también aportaciones y recomendaciones del informe del Defensor del Pueblo, presentado el pasado mes de octubre, y del Informe-Auditoría elaborado por el despacho de Cremades & Calvo-Sotelo, entregado formalmente esta semana.
A continuación, publicamos el resumen del informe Para dar luz de la Conferencia Episcopal Española.
1. Introducción del informe Para dar luz
La Iglesia católica inició, ya a finales del siglo pasado, la lucha contra los abusos sexuales cometidos contra menores o adultos vulnerables en el seno de la Iglesia por parte de algunos de sus miembros. Ante la publicación de los primeros casos de abusos cometidos en Estados Unidos, el papa Juan Pablo II escribió al episcopado de ese país (1993) instando a una seria reforma y contrición y para recordarles las palabras del Evangelio: “al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen una piedra de molino al cuello y lo arrojasen al fondo del mar” (Mt 18,6).
Desde esa fecha la Iglesia en todo el mundo ha ido dando pasos para conocer la realidad de los abusos sexuales contra menores y personas vulnerables, establecer medidas de protección de menores y prevención de abusos, juzgar el daño causado y sanar y reparar, en la medida de lo posible, a las víctimas de esos abusos. Al mismo tiempo se han activado los protocolos que señalan el modo de actuar si éstos se producen y se han comenzado los procesos de formación necesaria de todas las personas que, en la Iglesia, tratan con niños y jóvenes, para prevenir los abusos y proteger a los menores.
Este informe Para dar luz, elaborado por la Conferencia Episcopal Española, hace un recorrido sobre la realidad de los abusos en la Iglesia y en la sociedad desde diversos puntos de vista (eclesial, histórico, sociológico y legal). No es uno más de los que se han realizado sobre esta cuestión en España. Este es un informe vivo, el más completo de los existentes y, por ser un informe vivo, tiene vocación de seguir incorporando todos los datos relevantes en esta cuestión para ofrecer esta información a los miembros de la Iglesia y a la sociedad. Se actualiza constantemente en sus contenidos con la incorporación de nuevos datos, protocolos, textos y aportaciones de las instituciones eclesiales.
Para dar luz ha sido elaborado con los datos facilitados por diversos organismos de la Conferencia Episcopal Española: el Servicio de Asesoramiento a las Oficinas de protección de menores y prevención de abusos facilitó la información sobre la actividad realizada por este Servicio, los casos conocidos en las Oficinas diocesanas y los aspectos de formación que se están llevando a cabo. La Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales recogió los 7 volúmenes de anexos con los protocolos y reglamentos de espacios seguros de las diócesis y congregaciones; la Oficina de Estadística y Sociología y la Oficina de Transparencia ofrecieron los datos sobre la presencia de la Iglesia católica en España en la actualidad y desde los años 40 del siglo pasado y la Oficina de Información editó el trabajo final y preparó su versión digital.
Además de apoyarse en esos datos recabados en los organismos de la CEE, este informe recoge las aportaciones de todos los otros estudios realizados hasta la fecha sobre los abusos sexuales cometidos contra menores, tanto en la Iglesia como en la sociedad. Se trata de ofrecer una mirada complexiva a una realidad dolorosa que ha hecho y hace sufrir a tantas personas e instituciones. Una parte fundamental de este estudio se apoya en la auditoría legal e institucional entregada el pasado día 16 de diciembre por el despacho Cremades & Calvo Sotelo y en sus avances ofrecidos con anterioridad. Además, se han estudiado e incorporado las aportaciones más relevantes del informe presentado por el Defensor del Pueblo el pasado mes de octubre. Por otra parte, para conocer la realidad de los abusos en la sociedad, se han utilizado datos ofrecidos por el Ministerio fiscal, por el Ministerio del Interior, por la Fundación ANAR y por la ONG Save the Children, así como datos de diversas investigaciones sociológicas realizadas en el ámbito académico sobre los abusos sexuales.
Si bien la actividad de la Iglesia contra los abusos ha sido prácticamente ininterrumpida en todo este período, la oportunidad de recoger toda la información recibida en un informe surge de la solicitud de colaboración de distintas instituciones en los informes que se estaban realizando. En el deseo de servir a la sociedad, de contribuir a conocer este problema en toda su profundidad, de solucionar los casos planteados y de iniciar un trabajo que al extenderse a otros ámbitos permitiera resolver un grave problema social, la Conferencia Episcopal decidió colaborar con estos trabajos, solicitando, no siempre con éxito, que está colaboración fuera recíproca.
De hecho, en el encuentro con el Defensor del Pueblo y, en relación a la voluntad compartida de afrontar con serenidad, rigor y eficacia esta tarea se solicitó recibir la información recogida en su trabajo sobre esta cuestión para poder comparar los testimonios recibidos y poder ofrecer un estudio lo más exacto posible de la realidad de los abusos sexuales cometidos contra menores. Ello sería un eficaz testimonio de lealtad institucional y del deseo compartido de conocer toda la verdad, teniendo en cuenta que la Iglesia es una institución interesada, no investigada. Todavía no se ha recibido respuesta ni tampoco de la información solicitada a través del portal de Transparencia del Defensor del Pueblo en relación al informe sociológico que acompañaba al trabajo del Defensor, entregado en el Congreso el pasado mes de octubre.
La diversa metodología empleada en los estudios paralelos sobre el tema, como el de el diario El País, el mismo del Defensor del Pueblo o el despacho Cremades & Calvo-Sotelo, y el hecho de que, hasta la fecha, no comparten información entre sí, hace necesario no ofrecer datos agregados de casos. Al transferirse los datos recabados por los diversos informes hace que resulte muy probable la existencia de casos que se han incorporado a los mismos, dos, tres o incluso cuatro veces.
En el caso de el diario El País, en los últimos tiempos, se ha puesto de manifiesto que su sistema de recogida de información no ofrece garantías suficientes para algo tan delicado como la violencia sexual contra menores, optando por recoger toda la información recibida sin cuestionar la misma. Conocer cada caso, es conocer cada persona, cada historia, cada sufrimiento, y este ha sido el empeño del informe Para dar luz.
Cinco capítulos y en tres anexos
En el primer capítulo, se aborda el contexto general de los abusos sexuales en el seno de la sociedad desde tres perspectivas. La mirada histórica hace un recorrido por la consideración de los abusos sexuales a los menores desde la antigüedad hasta nuestros días. La mirada legal pone de manifiesto la preocupación de los estados y los poderes públicos por la protección de los menores. Por último, se hace una mirada a la actualidad desde los diversos informes publicados a la situación de los abusos en la sociedad española.
El segundo capítulo aborda la cuestión de los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia católica. Señala el posicionamiento de la Iglesia antes los abusos sexuales a menores producidos en el seno de la Iglesia, en primer lugar, con una mirada histórica desde los orígenes de la Iglesia hasta los pontificados del siglo XXI. Después se señalan las investigaciones que se han realizado sobre esta cuestión en el mundo y, de manera particular, en España. En los dos últimos epígrafes se recogen los pasos dados por la Iglesia católica en nuestro país en relación a los abusos sexuales cometidos en su ámbito y la actividad desarrollada por las Oficinas de Protección de menores y prevención de abusos y el Servicio de Asesoramiento a estas Oficinas en relación a los protocolos de prevención, los códigos de buenas prácticas y la labor de formación.
El tercer capítulo recoge toda la legislación vigente y los protocolos de intervención que están aprobados en la Iglesia católica, tanto desde la Santa Sede como desde la Conferencia Episcopal Española. En el ámbito de la CEE se recogen los dos últimos documentos aprobados: el protocolo marco para la prevención y actuación en caso de abusos a menores y equiparables legalmente, aprobado en noviembre de 2022, y la instrucción sobre abusos sexuales, aprobada en abril de 2023.
El cuarto capítulo recoge el informe consolidado por la Conferencia Episcopal sobre la realidad de los abusos sexuales en la Iglesia español. Se trata de un informe que desde abril de 2023 ha ido aumentando su contenido incorporando el testimonio de las víctimas ofrecido a las Oficinas de protección de menores, desde su creación hasta diciembre de 2022, así como los casos reportados en otros entornos y recogidos por distintas entidades e instituciones. Se busca recoger toda la información sobre los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia registrados en las diócesis, en las congregaciones religiosas y en los archivos judiciales tanto civiles como canónicos. Además, se realiza un estudio de cada caso y ofrece el resumen de la situación de los abusos por diócesis e instituciones eclesiales. Tras algunas cuestiones previas que sirven para contextualizar el trabajo realizado se ofrecen los resultados sobre los casos registrados de abusos.
El capítulo 4 estudia el trabajo de prevención y el material elaborado por las instituciones religiosas para esa prevención.
Por último, el capítulo 5 hace una selección de las observaciones y recomendaciones realizadas a la Iglesia católica por parte de las instituciones que han estudiado la situación de los abusos sexuales.
Finalmente se añaden tres anexos. El primero de ellos recoge un resumen de cada uno de los casos registrados de abusos de cuyos resultados da cuenta este informe, de manera genérica. El resto recoge los Protocolos de actuación y prevención de este tipo de abusos vigentes en España puestos en marcha en las organizaciones eclesiales de ámbito nacional, las diócesis, las congregaciones y otras instituciones religiosas de ámbito nacional, y que han establecido los modos de proceder en tres ámbitos fundamentalmente, a saber: Cómo tratar a los menores en los espacios de la Iglesia; cómo actuar cuando los menores han sufrido cualquier tipo de abusos, incluidos los sexuales; y cómo prevenir que determinadas conductas que derivan en abusos puedan producirse en ámbitos de la Iglesia.
Entre el 24 de noviembre y el 17 de diciembre de este 2023, la Iglesia ha dado tres pasos más en su itinerario para la lucha contra los abusos sexuales en su seno:
- La aprobación del íter de trabajo del Plan de Reparación Integral a las Víctimas de Abusos,
- El mensaje dirigido al Pueblo de Dios sobre los abusos sexuales titulado “Enviados a acoger, sanar y reconstruir”
- Y la presentación de este informe sobre la realidad de los abusos sexuales en la sociedad y en la Iglesia, con los últimos datos recogidos sobre esta cuestión.
En relación a lo primero, la Conferencia Episcopal Española ha aprobado el itinerario de trabajo para la implementación del Plan de Reparación Integral a las Víctimas de Abusos que, en su base, muestra ya las tres líneas de acción que acoge: la atención a las víctimas con todos los cauces legales y eclesiales, la reparación integral del daño causado y la formación para la prevención de estos abusos en el futuro.
Al mismo tiempo, ha aprobado un mensaje al pueblo de Dios, con el título Enviados a acoger, sanar y reconstruir. En este mensaje, además de reconocer “el dolor, la vergüenza y la pesadumbre que causa en nosotros esta realidad que traiciona el mensaje del Evangelio”, reiteran “nuestra más sincera petición de perdón a todas las personas que han sufrido debido a estas execrables acciones, especialmente a las víctimas y sus familias” y manifiestan “el compromiso de tomar medidas concretas y efectivas para prevenir futuros abusos en nuestra Iglesia”.
Y, por último, pero no menos importante, presenta este informe Para dar luz que sitúa desde perspectivas históricas, sociológicas, eclesiales y legales la realidad de los abusos sexuales en la sociedad y en la Iglesia. Al mismo tiemo, da cuenta y categoriza los datos que existen sobre los abusos sexuales en la Iglesia desde que se tiene noticia de ellos hasta nuestros días.
2. Las cifras de víctimas en Para dar luz
Resumen de los resultados de este informe Para dar luz
Expuesto lo que antecede, se procede seguidamente a exponer debidamente desglosados la información y los datos obtenidos de las instituciones de la Iglesia auditadas. En relación con la información y los datos relativos a casos de abusos sexuales, y siguiendo los criterios anteriormente expuestos, cabe efectuar el siguiente desglose:
Total de casos registrados
Diócesis y Provincias Eclesiásticas: 413 casos. De los 413 casos registrados 112 se refieren a órdenes y congregaciones religiosas y los casos imputables a ellas, aunque hubiere intervenido e informado la diócesis.
Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei: 13 casos.
Institutos Religiosos: 369 casos.
Institutos Seculares: 1 caso.
Otras instituciones específicas de la Iglesia: 10 casos.
Cifra global de casos registrados: 806 casos.
a) Casos probados
Diócesis y Provincias Eclesiásticas: 74 casos.
Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei: 2 casos.
Institutos Religiosos: 118 casos (a salvo de precisar los datos de la Congregación de los Salesianos).
Institutos Seculares: 1 caso.
Otras instituciones específicas de la Iglesia: 10 casos.
Cifra global de casos probados: 205 casos.
b) Casos no probados, pero verosímiles
Diócesis y Provincias Eclesiásticas: 20 casos.
Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei: 0 casos.
Institutos Religiosos: 50 casos (a salvo de precisar los datos de la Congregación de los Salesianos).
Institutos Seculares: 0 casos.
Otras instituciones específicas de la Iglesia: 0 casos.
Cifra global de casos no probados pero verosímiles: 70 casos.
c) Casos no probados
Diócesis y Provincias Eclesiásticas: 144 casos.
Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei: 4 casos.
Institutos Religiosos: 135 casos (a salvo de precisar los datos de la Congregación de los Salesianos).
Institutos Seculares: 1 caso.
Otras instituciones específicas de la Iglesia: 0 casos.
Cifra global de casos no probados: 280 casos.
d) Casos excluidos del ámbito subjetivo u objetivo de este estudio
Diócesis y Provincias Eclesiásticas: 13 casos.
Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei: 0 casos.
Institutos Religiosos: 11 casos (a salvo de precisar los datos de la Congregación de los Salesianos).
Institutos Seculares: 0 casos.
Otras instituciones específicas de la Iglesia: 0 casos.
Cifra global de casos excluidos del ámbito subjetivo u objetivo de este estudio: 24 casos.
e) Casos con investigación en curso y /o pendientes de resolución
Diócesis y Provincias Eclesiásticas: 42 casos.
Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei: 1 caso.
Institutos Religiosos: 32 casos (a salvo de precisar los datos de la Congregación de los Salesianos).
Institutos Seculares: 0 casos.
Otras instituciones específicas de la Iglesia: 0 casos.
Cifra global de casos probados: 75 casos.
f) Casos archivados por apreciar la prescripción del delito o el fallecimiento del denunciado o imputado
Diócesis y Provincias Eclesiásticas: 9 casos.
Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei: 0 casos.
Institutos Religiosos: 4 casos (a salvo de precisar los datos de la Congregación de los Salesianos).
Institutos Seculares: 0 casos.
Otras instituciones específicas de la Iglesia: 0 casos.
Cifra global de casos probados: 13 casos.
g) Casos con denuncias falsas o manifiestamente infundadas
Diócesis y Provincias Eclesiásticas: 3 casos.
Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei: 0 casos.
Institutos Religiosos: 0 casos (a salvo de precisar los datos de la Congregación de los Salesianos).
Institutos Seculares: 0 casos.
Otras instituciones específicas de la Iglesia: 0 casos.
Cifra global de casos con denuncias falsas: 3 casos.
3. Consideración final sobre las cifras de víctimas
Expuesto todo lo anterior, resulta pertinente añadir una consideración final sobre las distintas metodologías y categorizaciones de casos, de cara a clarificar al máximo posible la comprensión de los datos.
Resulta evidente que la distinta naturaleza de las informaciones aquí recabadas hace imposible una comparación entre ellas. Baste un ejemplo para ilustrarlo: según las fuentes judiciales disponibles, actualmente existen 67 condenas en distintas instancias por abuso sexuales a menores en el seno de la Iglesia católica. Si se optara por dar prevalencia a esta cifra, se estaría dejando fuera de la misma a aquellas víctimas cuyos victimarios ya han fallecido y en los que, por tanto, la posibilidad de un proceso judicial es imposible.
Analizando la información aportada por los diversos informes hasta ahora publicados encontramos que:
- El diario El País ha entregado en la Conferencia Episcopal cuatro dosieres, el último de ellos en junio de 2023, con un total de 704 testimonios de personas que acusan a un total de 545 sacerdotes, religiosos y seglares de instituciones eclesiásticas. El número de víctimas contabilizado en estos informes es de al menos 717. Los informes se elaboran a partir de testimonios ofrecidos por víctimas o testigos del abuso. No obstante, recientes informaciones han puesto en duda el rigor de la información publicada y el procedimiento de investigación realizado sobre cada testimonio recibido.
- El Servicio de asesoramiento a las Oficinas de protección de menores hizo público en abril de 2023 una síntesis del trabajo realizado en las Oficinas de las diócesis y congregaciones. Está basado también en los testimonios presentados en persona, en la sede de las Oficinas, y también en información recibida de los medios, a la espera de poder se comprobada. Hasta diciembre de 2022 estas oficinas recibieron testimonios sobre 728 victimarios que habían cometido abusos sexuales contra menores en el ámbito de la Iglesia católica. Estos testimonios señalan también, al menos, a 927 víctimas. Como se ha señalado también, este informe no ha podido cotejar los testimonios recibidos en las Oficinas de las diócesis y en las Oficinas de las congregaciones y estima que es posible que haya denuncias duplicadas al haber sido recibidas en los dos lugares. Además, en estas cifras algunas Oficinas incorporaron los testimonios enviados desde El País, a la espera de que este medio o las víctimas pudieran ofrecer más datos para proceder a la investigación.
- El informe presentado por el Defensor del pueblo en octubre de 2023 Así, 373 entrevistas fueron consideradas relevantes y se llevaron a término. Siguiendo la categorización elaborada por el Defensor del Pueblo, estas entrevistas pueden desglosarse como sigue: Testimonios directos: 334; testimonios indirectos: 39, víctimas de las que se ha tenido conocimiento: 487. El informe del Defensor del Pueblo señala que, de todas las entrevistas realizadas, 118 fueron realizadas exclusivamente al Defensor. Las demás están ya incluidas en los otros informes que se han realizado.
- El informe presentado a la CEE por el despacho Cremades & Calvo Sotelo el pasado día 16 de diciembre, concluye un total de 1.383 denuncias siendo indeterminado el número de personas victimarias. Sin embargo, el análisis de la totalidad de los grupos analizados nos lleva a afirmar que el número total de denuncias con arreglo a la metodología indicada asciende a 1.302 denuncias. Al mismo tiempo, el hecho de añadir las 305 denuncias recibidas desde el Dicasterio para la Doctrina de la Fe a las ya comunicadas por las diócesis y congregaciones, hace pensar que muy posiblemente esas denuncias están duplicadas porque, desde 2001, las denuncias recibidas en diócesis y congregaciones se comunican a dicho Dicasterio. En referencia al número de víctimas, de las denuncias se deducen un mínimo de 2.056 víctimas.
A la vista de estos datos ofrecidos por los distintos informes basados fundamentalmente en testimonios, tanto en los dosieres del diario El País, como en el caso del Defensor del Pueblo y del canal de escucha habilitado por el despacho Cremades-Calvo-Sotelo, que en algunos casos podrían ser también denuncias y en otros no, se pone de manifiesto la dificultad de ofrecer una cifra cerrada tanto en número de víctimas como en número de victimarios.
Esto no debe ser empleado, a juicio de este Informe, para desacreditar el valor de dichos testimonios, pero sí para emplear la información ofrecida con las debidas cautelas, sobre todo a la hora de ofrecer cifras totales o porcentajes globales, pensando, sobre todo, en la dignidad moral de las víctimas. Se llama también la atención sobre las cautelas mencionadas para proteger los derechos que asisten a todas las partes y que no puede verse menoscabado ni en un sentido ni en otro.
Es por ello por lo que en este informe se ha optado por ofrecer toda la información disponible y se ha rehusado la posibilidad de establecer una comparación entre los distintos datos, asumiendo que la magnitud y gravedad de lo ocurrido es ya extraordinaria con sólo un caso.
Se ha contemplado el amplio universo de instituciones de la Iglesia auditadas y sin más limitaciones que la exigencia de que la víctima fuera menor de edad o mayor de edad, pero especialmente vulnerable, pues, como quedo constatado al inicio, no se ha fijado límite temporal alguno, por lo que los casos analizados no solo obedecen a casos actuales o de entornos temporales inmediatos, sino también a casos históricos. La opción realizada por este informe Para dar luz se basa en casos registrados y a partir de cada uno de esos casos se hace un análisis sobre el contenido del mismo y su desarrollo legal y moral en orden a la posible existencia de una reparación. A la vista de los datos ofrecidos por los otros informes, cada uno con su metodología y su modo de acceder a los casos, y de los datos obtenidos de esta investigación, se puede afirmar que no supera el millar de casos de abusos, a los que se ha tenido acceso con estos informes realizados.
Ello no implica, como es obvio, que no puedan existir más casos, como más delitos de los formalmente constatados se cometen siempre en la sociedad. Ahora bien, en este informe se pretende, por un lado, aplicar criterios rigurosos a la hora de evaluar los casos realmente probados; y, por otro distanciarse de planteamientos poco rigurosos que fundamentan la cifra de casos no identificados sobre la base de extrapolaciones y proyecciones estadísticas. Sin dejar fuera, como se ha indicado anteriormente, flexibilizar, cuando se ha considerado pertinente, el análisis, revisión y valoración de casos adoptando el criterio de la “verosimilitud”, conforme al cual hay casos en los que, sin estar en rigor probados desde un punto de vista rigurosamente jurídico, cabe formar la convicción sobre la verosimilitud de los hechos denunciados o conocidos a partir de indicios o datos indiciarios y de presunciones, además de las valoraciones hechas por los propios órganos e instituciones informantes.
4. Conclusiones Para dar luz
Hace cinco años, la Iglesia en España comenzó un largo recorrido ante una realidad que le resultaba desconcertante e inesperada: la posibilidad de que en su seno hubieran tenido lugar abusos sexuales contra menores por parte de alguno de sus miembros. La preocupación manifestada por el Papa Francisco y la Santa Sede sobre los casos de abusos cometidos en otros países, las investigaciones solicitadas por distintas conferencias episcopales del mundo y las informaciones que comenzaron a publicarse en España hicieron pensar que era necesario prestar atención a una realidad que permanecía oculta.
La creación de Oficinas de protección de menores y prevención de abusos en todas las diócesis y en numerosas congregaciones en España, que el Papa Francisco había exigido en su documento Vos estis lux mundi, permitió ir conociendo esta realidad desde una perspectiva nueva: conociendo a las personas, sus historias y el daño causado. Mirando también al victimario para conocer qué le llevó a cometer esos delitos, que son también pecado, que ocurrió en la selección de los candidatos a la vida religiosa o a los seminarios, que ocurrió también en su formación o en el acompañamiento a estas personas una vez que salieron de los ámbitos de formación.
La información ofrecida por estas Oficinas fue el punto de partida para hacer una mirada complexiva a esta realidad. A ella se añadieron los informes de los medios de comunicación o el más reciente del Defensor del Pueblo y también las aportaciones solicitadas por la Conferencia Episcopal como el informe Para dar luz, presentado por primera vez en abril, o el realizado por el despacho Cremades & Calvo Sotelo y presentado recientemente.
Al concluir esta nueva edición de Para dar luz y después de todo lo estudiado se pueden ofrecer las siguientes consideraciones:
1. Los abusos sexuales cometidos contra menores en el seno de la Iglesia han producido dolor y vergüenza en todos sus miembros.
2. Son un problema grave en la vida de la Iglesia por la altura de la misión que le ha sido confiada y que queda gravemente menoscabada. Son considerados pecados y delitos y como tal deben ser tratados.
3. La constatación de su existencia ha suscitado en la Iglesia un movimiento sin precedentes en tres direcciones: en primer lugar, para conocer la realidad de los abusos y el daño causado en tantas personas desde hace décadas. En segundo lugar, para reparar el daño causado a las víctimas, en la medida de lo posible. Y en tercer lugar, el establecimiento de las medidas necesarias para que estos abusos no puedan seguir teniendo lugar, atendiendo a la formación de las pesonas que, en la Iglesia, van a trabajar con menores e implantando protocolos y medidas de espacios seguros en todos aquellos lugares en los que la Iglesia trata con menores: celebraciones, actividades de catequesis, de educación o de tiempo libre.
4. El paso más decisivo en la lucha contra los abusos sexuales ha sido la creación de las Oficinas de protección de menores y de prevención de abusos en las diócesis y en las congregaciones religiosas y otras instituciones de la Iglesia. Ellas han permitido un conocimiento cierto de lo que ha ocurrido y pueden ayudar a crear protocolos de prevención y sistemas de formación para que no pueda volver a ocurrir. La experiencia de estas Oficinas puede servir otras instituciones sociales que estén preocupadas con la lacra de los abusos y que buscan la protección a los menores.
5. Los datos contenidos en este informe nunca serán definitivos. Aunque estimemos que, cruzando los diversos informes, se ha llegado a conocer la realidad de en torno a un millar de casos de abusos cometidos en ámbitos eclesiales, es importante tener en cuenta que otros episodios de abusos tuvieron lugar hace demasiado tiempo para que hayan podido salir a la luz o que, directamente, algunas víctimas no quieren contar su caso. El esfuerzo de la Iglesia seguirá siendo conocer todos los casos para ayudar a sanar su dolor y poner lo medios para que no pueda volver a pasar.
6. La legislación creada por la Iglesia, tanto en la Santa Sede como en la Conferencia Episcopal, para atajar esta lacra es muy significativa y toda la que está actualmente vigente ha sido recogida en este informe. Al mismo tiempo, se ha puesto de manifiesto la acción de cada institución de la Iglesia en la creación de sus espacios seguros para la protección de menores.
7. La realidad de los abusos sexuales contra menores no es un problema exclusivo de la Iglesia. Las cifras aportadas en este informe y las que derivan de los diversos informes publicados por otras instituciones hacen ver que estamos ante uno de los problemas más graves que afronta nuestra sociedad y que, tristemente hoy, sigue estando oculto. No obstante, la Iglesia quiera aportar su triste experiencia a la sociedad, a todos aquellos empeñados en el bien común también de los menores y de las personas vulnerables.
Este informe no es definitivo. Desde el principio hemos dicho que Para dar luz es un informe vivo, que seguirá recogiendo datos, documentos, informes y publicando sus conclusiones. Lo hasta aquí presentado supone ya una luz en el mundo oscuro de los abusos sexuales a menores, pero siempre quedará trabajo por hacer.