“Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios” (Mt 20,31)
- Con la parábola de los dos hijos enviados por su padre a trabajar en la viña, Jesús da a entender que las buenas acciones valen más que las buenas palabras. ¿Encontramos alguna aplicación de esta enseñanza para nuestra sociedad actual?
- Es interesante ver que los dos hijos son enviados a trabajar en la viña familiar. ¿No vemos en esa imagen una llamada a la responsabilidad de cada uno de los creyentes en la vida de toda la comunidad?
- A los sacerdotes y los responsables del pueblo Jesús les anuncia que ante Dios tienen preferencia los que son considerados como pecadores. ¿Significa eso que a Jesús no le importan los pecados ni los pecadores?
- Los publicanos y las prostitutas reflejan a personas consideradas entonces como pecadoras. ¿Se podría decir hoy que algunas personas políticamente incorrectas tendrán la preferencia en el Reino de Dios?
- ¿La alusión de Jesús a los publicanos y a las prostitutas no debería ayudarnos a revisar nuestros prejuicios sobre las personas que llevan la delantera en el reino de Dios?
- El Papa Francisco dice que “todos” son acogidos en la Iglesia, aunque a veces matiza que no “todo” tiene cabida en ella. ¿Esas afirmaciones tienen algo que ver con el mensaje evangélico?
- Y yo, ¿estoy dispuesto a valorar el bien que pueden llevar a cabo algunas personas e instituciones a las que a veces he juzgado con dureza?