Durante este sábado, 24 de febrero, se celebra un congreso en Madrid promovido por la Conferencia Episcopal Española. El titular es muy expresivo: LA IGLESIA EN LA EDUCACIÓN. PRESENCIA Y COMPROMISO. Es un tema realmente importante para la sociedad de hoy y ha sido una preocupación constante a lo largo de los siglos para la Iglesia Católica. La invitación para participar ha sido muy amplia dirigida a los profesionales e interesados de todas las diócesis en cualquier etapa educativa en la que estén integrados. Tanto en la educación reglada que se da en los centros escolares como en la educación no formal.
Por las noticias que me llegan los participantes se acercan al millar y representan a todos los sectores educativos, colegios, profesorado de religión, profesorado cristiano, centros de educación especial, centros de formación profesional, universidades y centros universitarios, colegios mayores y residencias universitarias, educación no formal, voluntariado, tiempo libre y otros proyectos culturales, parroquia-familia-escuela. En cada uno de los sectores mencionados hay una ponencia o una mesa redonda con una parte de intervención activa de los presentes.
Hay tres ponencias principales a cargo del cardenal José Tolentino, Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, Fernando Reimers, de la Universidad de Harvard y Consuelo Flecha, catedrática emérita de la Historia de la Educación de la Universidad de Sevilla.
Me parece importante señalar algo muy sabido por todos como es la preocupación de la Iglesia por la educación y a la que han dedicado su vida miles de personas movidas por la fe en Jesucristo y por el amor a sus hermanos dándoles la posibilidad de abrirse a la cultura y conseguir mayor autonomía y libertad, siempre dentro del respeto a los demás y del fortalecimiento de la propia fe. Es admirable la obra educativa de la Iglesia en el pasado y en el presente; por ello se enumeran, sin vanagloria, tantos éxitos y aportaciones al desarrollo social. También abierta al futuro donde muchos estudiosos piensan que la labor de la Iglesia tiene mucho y bueno que aportar. De ahí la segunda parte del título del Congreso: Presencia y compromiso, que se traduce en constatar la realidad a la que optan miles de personas en la actualidad y la constante renovación que realizan las instituciones para que su apuesta beneficie a más personas y, como consecuencia, favorezca a la sociedad en general.
Hace unas semanas hubo un encuentro de profesores de la escuela concertada de toda la provincia en la ciudad de Lleida. Un elevado porcentaje de la misma se refiere a la escuela católica con una implantación notable en nuestra diócesis. Las otras diócesis hermanas, Seo de Urgel y Solsona, también contabilizan en las cifras finales y, en general, podemos decir que más de un tercio de la población escolar está situada en este ámbito. Eso nos obliga a todos los católicos a agradecer el esfuerzo que realizan estas instituciones educativas, a colaborar en todas las iniciativas que nos pidan y a pedir a Dios que nos ayuden a todos a educar con la impronta del Evangelio. La misión no es sólo hacer buenos profesionales de futuro, o espléndidos ciudadanos sino auténticos cristianos que sigan las huellas de Jesucristo en todos los órdenes de su vida personal, laboral o social. El mensaje cristiano impulsa una mentalidad nueva en las relaciones humanas y que la búsqueda de la Verdad ilusione a nuestro mundo.
Un último consejo: que la materia de religión, situada en los planes educativos, sea elegida por los padres o por los alumnos; seguro que ello favorecerá su educación integral. Razones psicológicas, sociológicas, culturales e históricas están perfectamente explicadas y comprendidas.