Querido amigo: hoy no podemos perder de vista a Jesús. Vamos tú y yo a ver lo que hace, lo que dice, nos quedamos con Él y aprendemos, escuchamos y pensamos todo lo que pasa y lo que nos dice personalmente. El texto es una escena preciosa del Evangelio de Marcos, capítulo 1, versículo 15. Vamos a leerlo despacito para que el Señor entre en nuestro corazón y nos abramos a su llamada: