“Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a las tradiciones de los hombres” (Mc 7,8)
- ¿Hemos olvidado esta frase en la que Jesús contrapone al mandamiento de Dios las tradiciones de los hombres?
- ¿Por qué muchos católicos siguen pensando que los mandamientos son una pesada imposición de la Iglesia?
- ¿No hemos descubierto que los mandamientos reflejan los principales valores morales, que son comunes a creyentes y no creyentes?
- ¿Es que Jesús se opone a las tradiciones o nos estará exhortando a hacer un discernimiento para distinguir las buenas y las malas tradiciones?
- ¿No se han olvidado hoy las buenas tradiciones para sustituirlas con normas arbitrarias dictadas por ideologías poco fiables?
- ¿Al ignorar los mandamientos no estamos ordenando la convivencia sobre normas basadas solamente en mayorías interesadas?
- ¿Qué he de hacer yo para descubrir y testimoniar con humildad y convicción el valor humano de los mandamientos divinos?