La cúpula de la Conferencia Episcopal Española ha presentado al Pontífice la Memoria de Actividades de la Iglesia en España y el Congreso sobre las vocaciones, que busca promover la vida como vocación
Al margen de la cuestión de los abusos, la cúpula de la Conferencia Episcopal Española —formada por Luis Argüello (presidente), José Cobo (vicepresidente) y César García Magán (secretario general) ha mostrado al papa Francisco, durante su encuentro de este viernes, el trabajo que la Iglesia realiza en nuestro país. Así, le han entregado la última Memoria de Actividades y le han presentado algunos de los desafíos concretos en su misión.
Entre ellos, ha señalado Argüello en declaraciones a los periodistas, está el anuncio del Evangelio, la transmisión de la fe y la propuesta de vida como vocación. «Francisco ha seguido este hilo para insistir en la importancia de promover la vida como vocación y ha señalado la importancia de la vocación al matrimonio, la laical y al ministerio ordenado», ha añadido el también arzobispo de Valladolid.
Precisamente, esta es una de las grandes preocupaciones de la Iglesia en nuestro país, que se encuentran en el proceso de preparación de un gran Congreso sobre vocaciones, que se celebrará el próximo mes de febrero. De hecho, han entregado al Pontífice los materiales elaborados para la reflexión en diócesis y comunidades.
En concreto, el arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, ha reconocido que en la conversación también ha surgido la cuestión del problema y futuro vocacional, así como la reforma de los seminarios, que se encuentra en proceso. «Lo hemos encontrado muy bien y situado en la realidad española. Está al día», ha dicho el purpurado.
Por su parte, Argüello ha subrayado que el encuentro se ha caracterizado por «el afecto e interés» y ha reiterado que Francisco conoce bien la Iglesia española. «Hemos venido para expresar la comunión de la Iglesia española y para recibir de Él, también, palabras de aliento y criterios para nuestra vida de la Iglesia en España», ha señalado.
Esta audiencia con el Pontífice, que se ha extendido unos 40 minutos, es habitual tras la renovación de cargos de la CEE, que tuvo lugar en la Plenaria de marzo.