También ha alabado «el diligente compromiso para alcanzar una reconciliación con los hermanos de Indonesia»
Después de dos visitas con minoría católica, Francisco ha aterrizado este lunes en uno de los países católicos de Asia: Timor Oriental. Allí ha recordado la labor de los primeros misioneros y cómo la fe se armonizó con la cultura de este país.
«El cristianismo se incultura, toma las culturas y ahí los diversos ritos orientales, de los diversos pueblos, porque una de las dimensiones importantes del cristianismo es la inculturación de la fe. Y, a la vez, evangeliza las culturas», dijo el Pontífice ante las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático.
Así, les ha pedido que en el nuevo horizonte que se abre en el país, con sus retos y problemas, la fe «siga inspirando vuestro presente, vuestro futuro, que inspire los criterios, los proyectos y las decisiones». Dicho esto, ha subrayado algunos retos para el país: la migración, la pobreza en zonas rurales o las plagas sociales, como el consumo de alcohol entre los jóvenes o la violencia.
Por eso, ha hecho un llamamiento a preparar a las nuevas generaciones que tendrán que dirigir el país en unos años y, por tanto, a invertir en educación. «Una educación que ponga en el centro a los niños y a los jóvenes, y promueva su dignidad». También ha repetido una de sus sugerencias habituales: la de juntar a niños con abuelos. En su opinión, esto provoca sabiduría.
Finalmente, ha trasladado el compromiso de la Iglesia católica con el país a través de instituciones de asistencia y caridad, organizaciones educativas y médicas, que, ha dicho, «están al servicio de todos». Y ha defendido que este compromiso de la Iglesia por el bien común se vea favorecido por la cooperación y el apoyo del Estado.
Y ha agregado: «Mirando a vuestro pasado reciente y a cuanto se ha logrado hasta ahora, hay motivos para confiar en que vuestra nación será capaz de afrontar las dificultades y los problemas actuales con inteligencia, claridad y creatividad. Confíen en la sabiduría del pueblo».
En un país que vivió bajo la ocupación indonesia entre 1975 y 1999, Francisco ha querido elogiar y recordad «el diligente compromiso para alcanzar una reconciliación con los hermanos de Indonesia, disposición que encontró su primera y más pura fuente en las enseñanzas del Evangelio». «Mantuvieron firme su esperanza incluso en medio de la aflicción y, gracias al carácter de vuestro pueblo y a vuestra fe, transformaron el dolor en gozo», ha sentenciado.