La propuesta de oración y reflexión de este año se centra en el amor al prójimo y tiene como punto de referencia la parábola del Buen Samaritano
La acogida y la hospitalidad, la caridad en definitiva, también es posible ponerla en práctica con otras confesiones cristianas. Este es uno de los acentos, tal y como explica a ECCLESIA Rafael Vázquez, director de la Subcomisión Episcopal para las Relaciones Interconfesionales, de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos de 2024. De hecho, el texto bíblico que inspira el tema, preparado por cristianos de Burkina Faso, reunidos por Chemin Neuf, es la parábola del Buen Samaritano.
«La acogida y la hospitalidad son un signo distintivo de la Iglesia de Cristo. Evidentemente, esta acogida hemos de vivirla entre los que nos llamamos cristianos que, por el baño del bautismo, somos miembros de la Iglesia, aunque entre nosotros no vivamos la plenitud de la comunión en la fe», señala el mensaje de los obispos españoles para la ocasión.
Y piden a Dios que estos días sirvan para sentir el dolor de la división y se encuentren camino de encuentro. «Juntos sentimos la llamada a acoger a las personas heridas, que quizás siguen estando al borde del camino. Vale la pena trabajar para que esas personas encuentren acogida entre nosotros y reciban los cuidados y atención que necesitan», añaden.
Según Vázquez, quizá por la fuerza de la Iglesia católica, muy mayoritaria, en nuestro país no existen grandes iniciativas de colaboración entre confesiones cristianas en materia caritativa. Por eso, será una asignatura pendiente para la nueva Mesa de diálogo interconfesional de España entre la Iglesia católica y las distintas Confesiones cristianas, a la que se ha sumado la Iglesia católica tras la aprobación por parte de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) el pasado mes de noviembre.
Lo que sí puede asegurar el sacerdote es que el interés por el ecumenismo ha ido creciendo en los últimos años. Que los obispos hayan decidido entrar en esta mesa con otras confesiones es un paso, igual que el establecimiento de la asignatura de Ecumenismo en los estudios teológicos de los futuros sacerdotes.
Y es importante, continúa Vázquez, porque, en línea con lo que dice el Vaticano II, «que los cristianos estemos divididos contradice la tarea evangelizadora». «Trabajar y orar por la comunión plena con todos los medios a nuestro alcance es una dimensión esencial de nuestra misión», se recoge en los materiales propuestos por la CEE.