Queridos hermanos:
La lucha contra el hambre de Manos Unidas está al servicio de la dignidad sagrada de la persona humana. La palabra “dignidad” aquí no se refiere a honores o privilegios, sino a los mínimos vitales que no se pueden negar a nadie, ni al peor enemigo. Tener lo necesario para subsistir es un derecho humano básico de toda persona. Tanto es así que desde la antigüedad se decía que no es robo lo que uno sustrae “para su satisfacer lícitamente la necesidad” (Santo Tomás).
En nuestra época es aún más doloroso que haya personas que carezcan de recursos básicos, porque nos sobran medios para acabar con la pobreza y el hambre en el mundo, y no lo hacemos. La “inequidad” es un pecado “capital” hoy en día. El Papa Francisco lo ha denunciado insistentemente: la “inequidad” es la desigualdad injusta. Todos somos diferentes, pero hay diferencias que claman al cielo y que no se deberían permitir: sobre todo la diferencia de quien derrocha lo que otros necesitan. Es como quien derrama agua en el suelo en lugar de dárselo al que se muere de sed a su lado. En ese caso, el ladrón es el que posee, no el que carece: “No compartir los bienes con los pobres significa robarles” (San Juan Crisóstomo).
Este año Manos Unidas nos propone como lema de su campaña: “El efecto humano”. Seguramente inspirándose en el último documento de doctrina social del Papa Francisco, la exhortación Laudate Deum. El Papa nos avisa de que nuestro planeta está “a un punto de quiebre” por causas de origen humano. Tampoco aquí somos todos iguales: los que más contaminan son los que más beneficio sacan; y los que disponen de menos recursos son los que más sufren las consecuencias. Curiosamente los “privilegios” de unos pocos se mantienen a costa de la “dignidad” de muchos. Además, el daño que causamos al medioambiente no solo hace que nosotros comamos los “agraces” sino que provocará dentera a las generaciones futuras (Jer 31, 29; Ez 18, 2). Si seguimos “explotando” nuestra casa común con la lógica del mayor beneficio al menor costo, llegará un día en que se agotará.
Ahora que nos encontramos a las puertas de la cuaresma, Manos Unidas nos llama a la conversión personal y social. El cambio comienza con una revisión de nuestro estilo de vida, buscando fortalecer la austeridad y la libertad frente a tanto consumo innecesario. Y como sociedad, necesitamos emprender “un camino de reconciliación con el mundo que nos alberga”.
La campaña de Manos Unidas es el día 11 de febrero. En todas nuestras comunidades y parroquias se realizará la colecta solidaria para acabar con el hambre y sus causas. El viernes anterior, día 9, estamos todos invitados a una jornada de ayuno voluntario, un gesto de penitencia y también de solidaridad con los necesitados. Ese mismo día para los más pequeños, habrá juegos relacionados con el medioambiente en el Paseo de Cánovas (Bombo de la Música) de Cáceres a las 18.00h y posteriormente, a las 19.30h, se leerá un manifiesto. Y el día anterior, el 8 de febrero, presentaremos la campaña públicamente en el salón de actos del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Cáceres a las 19.00h.