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Un verano para soñar caminando juntos

El verano no se puede plantear como un tiempo para no hacer nada, porque a veces eso es agotador y no nos descansa. Es verdad, que tener un tiempo de descanso, de cese de las ocupaciones habituales es «justo y necesario». Además es una manera de saber que descansando estamos invirtiendo en un mejor servicio. Porque «no se trata sólo de descanso físico, sino también de descanso del corazón. Porque, como afirma el Papa Francisco, «no basta ‘desconectar’, es necesario descansar de verdad. Y para hacerlo, es preciso regresar al corazón de las cosas: detenerse, estar en silencio, rezar, para no pasar de las prisas del trabajo a las de las vacaciones» (Ángelus del 18 de julio de 2021). Así pues, sería necesario tener en cuenta estas «áreas de descanso» para el cuerpo y para el alma:

  1. Verano misionero. Todas las parroquias y la mayor parte de las delegaciones diocesanas ofrecen muchas actividades para realizar durante el verano, con sus propuestas misioneras y con un deseo de llegar a muchos lugares del planeta para evangelizar y compartir con los más pobres sus necesidades. En este sentido, destacaría la propuesta de la Delegación diocesana de Misiones que, junto con la pastoral de juventud universitaria y la Delegación de Apostolado Seglar, organizan diversas actividades en Tánger, Perú, Cuba, Calcuta. Quienes deseéis más información sobre estas propuestas podéis dirigiros a vuestras parroquias o las citadas delegaciones, así como a la página web de la Archidiócesis de Toledo.
  2. Verano contemplativo. Son muchos los retiros, ejercicios espirituales y jornadas de convivencias que se convocan, siempre en clave de oración y de contemplación. Nuestros centros de espiritualidad diocesanos están a tope en verano. Animo a participar en el mes de Ejercicios Espirituales Ignacianos a la luz del Corazón de Cristo, que desde el 31 de julio hasta el 27 de agosto daré en el Centro de Espiritualidad El Buen Pastor, de Toledo, y que también puede hacerse por semanas y por etapas. En los distintos centros de espiritualidad y en las parroquias, así como en la pagina web también podéis obtener información y formalizar las inscripción. El verano es una oportunidad de descanso en la contemplación y la oración.
  3. Verano y cuidado de la creación. El verano es un tiempo magnífico para que niños, adolescentes y jóvenes, sea un tiempo de vuelta al Señor en contacto con la creación; un tiempo para disfrutar de todo lo creado en familia y en un descanso que puede ser clave en el desarrollo y en el crecimiento cristiano de una vida, en la que todos estamos envueltos de cansancio y dificultades. Están abiertos campamentos, albergues, senderismos… De esta forma, sabiendo que “somos creados para alabar, reverenciar y servir a Dios” podemos hacer que estas actividades se convierten en momentos privilegiados de evangalización.
  4. Verano en familia. Son muchas las parroquias e instituciones de la Iglesia que ofrecen un verano en familia, a través de peregrinaciones, encuentros, convivencias, que permiten disfrutar y rezar juntos en familia. Destacaría el encuentro en Fátima de las familias de la archidiócesis de Toledo, para pasar en agosto un tiempo en familia con momentos celebrativos, orantes y formativos. Además, la Vicaría de laicos, familia y vida, a través de la Delegación de Familias y de la asociación Betania, invitan a pasar unos días en Fátima, casa de sanación en que todos, unidos a los sacerdotes, puedan disfrutar unos días el próximo mes de agosto en casa de la Madre de Fátima, para crecer juntos por dentro para servir por fuera.
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