¿Y si tuvieras una segunda oportunidad? Una segunda oportunidad para elegir sin miedo la carrera que más te gustaba, en lugar de apostar por lo seguro; para ser sincero y decir «hasta aquí» o «te quiero», en vez de dejar tus sentimientos en un segundo lugar; para hacer aquel viaje que siempre soñaste; para perdonar de corazón…
Hay cosas que podemos hacer de nuevo, palabras que podemos volver a decir o sentimientos que, sabemos, experimentaremos una vez más, pero no podemos regresar al pasado y cambiar lo que sucedió. Esta sensación nos abruma, quizá un poco más cuando aquello que pasó nos robó parte de nuestra felicidad, cuando no fuimos sinceros con nosotros mismos o con otros, cuando hicimos un daño que pudimos evitar… Pero ¿y si te dijera que hay una manera para borrar eso?
Más allá del sacramento de la reconciliación, que te brinda la misericordia de Dios para perdonar aquello que hiciste, dijiste o pensaste que dañó tu relación con Dios, con el hermano o contigo mismo, la Iglesia te ofrece la indulgencia plenaria que borra por completo la suciedad que pudo dejar el pecado en tu corazón.
Peregrinar a Caravaca de la Cruz nos brinda la oportunidad de poder lucrar esta gracia. Visitar el santuario caravaqueño nos ofrece el regalo de ponernos frente a la Cruz de Cristo, el lugar de muerte que se convirtió por la sangre derramada del Cordero en puerta de salvación. Si quieres una segunda oportunidad, ven a Caravaca.