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Argüello: «El Sínodo nos ha permitido sacar brillo de nuevo a lo que significa nuestra común vocación bautismal»

En la Eucaristía que ha cerrado la Asamblea Sinodal de la Conferencia Episcopal Española, ha dicho que la experiencia sinodal no es una lucha entre realidades eclesiales ni una búsqueda de poderes: «La sinodalidad es una forma de ser»

Tras una intensa mañana de trabajo, la Asamblea Sinodal de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha concluido con una Eucaristía presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, que ha reconocido que el proceso sinodal «nos ha permitido sacar brillo a lo que significa nuestra común vocación bautismal».

En este sentido, ha enmarcado el Sínodo en un coloquio entre camino —Bautismo— y mesa —Eucaristía—. «La Eucaristía nos hace caer en la cuenta de que la Iglesia, en tanto Iglesia sinodal, no ha salido a dar una vuelta, sino a realizar una peregrinación hacia el Cielo. Una peregrinación en la que canta gloria a Dios y anuncia este cántico a quien quiera escucharlo», ha agregado.

En su opinión, es, en este coloquio entre Bautismo y Eucaristía, en el que aparecen los diversos lugares donde se sitúa cada uno, la responsabilidad diferenciada: los pastores, los hermanos de especial consagración y el pueblo de Dios.

Así, ha alertado ante la tentación de vivir la experiencia sinodal como «una especie de lucha entre las diversas realidades eclesiales» o «como una búsqueda de poderes». Pero fue más allá, ha invitado a asumir la condición de cordero inocente de Jesús, como en la Eucaristía.

«Somos un pueblo débil, pero estamos, sin duda, siendo agraciados por una siembra. Y queremos compartir y sembrar, porque la sinodalidad no es un tema, sino una forma de ser. Es la Iglesia que camina y se reúne, la Iglesia del Cenáculo y de la salida apostólica», ha concluido.

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