El prelado ha pedido que la Iglesia sea «el lugar de la misericordia infinita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio»
Sin Cristo la vida no tendría «ningún sentido». Darlo a conocer es la principal motivación de monseñor Arturo Ros, que este fin de semana ha tomado posesión como obispo de Santander. Quiere hacerlo, como expresó en su homilía, «siendo personas amables y acogedoras». Esta es su misión: «Deseo de todo corazón que esta sea nuestra experiencia personal y comunitaria, y que nuestra Iglesia sea el lugar de la misericordia infinita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la buena vida del Evangelio».
Los principales retos a los que se enfrenta, como le ha recordado su antecesor, Manuel Sánchez Monge, son la falta de vocaciones y el laicismo. Aun así, Ros se encontró una catedral repleta de fieles para darle la bienvenida a la diócesis. Ante ellos, mostró que es muy consciente de las dificultades: «este tiempo presenta plagado de dificultades y graves preocupaciones no tiene que hacernos olvidar lo que somos y lo que estamos llamados a ser, la Iglesia, el Pueblo de Dios en marcha».
Hizo además una petición al nuevo pueblo de fieles que se le confía, «caminemos juntos en esta misión, sin desfallecer», les animó, «y hagámoslo en comunión, como una verdadera familia de la que todos formamos parte, dando testimonio de fraternidad». El prelado estuvo acompañado de los obispos de Oviedo, León y Astorga, así como de las principales autoridades civiles de la ciudad.
Tras la toma de posesión, en su primer domingo como obispo de Santander, don Arturo Ros celebró misa en el Santuario de la Bien Aparecida, patrona de la diócesis.
Obispo desde junio de 2916, ocupaba en cargo hasta ahora de obispo auxiliar de Valencia y obispo Titular de Ursona (Osuna). En la Conferencia Episcopal es presidente de la Subcomisión Episcopal para Juventud e Infancia y miembro de la Comisión Episcopal de Laicos, Familia y Vida.