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Bambino Gesù: el hospital de los hijos del mundo

El centro pediátrico, propiedad de la Santa Sede, cumple 100 años, convertido en un centro de referencia a nivel médico y solidario

Doce camas en una casa de via delle Zoccolette, cerca de Campo di Fiori, y casi a la orilla del río Tíber. Así nació el que se convertiría poco más de cien años después en uno de los centros médicos y de investigación más importantes de Europa, el Hospital Pediátrico Bambino Gesù. Corría el año 1869 cuando los hijos de los duques Arabella Salviati y Scipione Salvati regalaron a su madre esta casa por su cumpleaños. Ella deseaba poner en marcha un hogar para acoger a los niños enfermos de la ciudad cuyos padres no podían permitirse los cuidados médicos. 

El incipiente hospital, creado según el modelo de los conocidos Hôpital des Enfants Malades, contaba solo con dos médicos y lo gestionaban las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. 20 años después, la iniciativa había crecido tanto que fue necesario trasladarlo a la colina del Gianicolo, donde hoy se encuentra la sede principal. En esos pocos años, había atendido ya a unos 33.000 pequeños en el marco de emergencias como el terremoto que en 1915 azotó los Abruzos, o la posterior gripe española durante la I Guerra Mundial. Así, un 20 de febrero de 1924, los representantes de la familia Salviati y ​​el cardenal vicario Basilio Pompilj, con la aprobación de Pío XI, suscribieron la transferencia a la Santa Sede. Después, mediante un quirógrafo papal, quedó sellada la operación.

Cien años después, en 2023, el hospital registró más de 95.000 visitas a urgencias y 29.000 hospitalizaciones, por mostrar unas cifras. Tres de cada diez pacientes proceden de fuera de Roma y casi dos de cada diez de fuera de Italia. Por eso, el Bambino Gesù también se hace llamar «el hospital de los hijos del mundo». Y no solo atiende a niños necesitados de cualquier lugar del mundo y de forma gratuita, como hemos visto en el caso de los niños ucranianos tratados en el hospital y a los que visitó el Papa. Los profesionales del Bambino Gesù recorren el mundo para curar los cuerpos enfermos o heridos de los pequeños y devolver la esperanza a las familias.

En noviembre, cuando la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, viajó a la cumbre del clima de Dubái, lo hizo con un equipo médico del hospital del Papa para tratar en Emiratos Árabes a los niños heridos trasladados desde Gaza. Además, sus médicos colaboran aportando sus conocimientos en hospitales de lugares como Camboya, Etiopía, República Centroafricana, Jordania y Siria, entre otros países. 

El centro tiene ahora seis sedes repartidas por la Ciudad Eterna y alrededores. La principal, la del Gianicolo, se ha quedado pequeña. La Santa Sede acaba de suscribir un acuerdo con el Estado Italiano para habilitar en 2030 un nuevo complejo en lo que era el antiguo hospital Forlanini de Roma. 

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