Durante la presentación del nuevo documento de Doctrina de la Fe, el prefecto ha abordado la situación de Medjugorje
Con las nuevas Normas para proceder en el discernimiento de presuntos fenómenos naturales, que sustituyen íntegramente las precedentes, aprobadas por Pablo VI el 25 de febrero de 1978, será más fácil avanzar en la situación de Medjugorje y llegar a una conclusión.
Es la posición del prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, cardenal Víctor Manuel Fernández, en la presentación del nuevo documento vaticano, que refuerza el papel del obispo diocesano y su colaboración con Roma en todo el proceso, y derivando las fases de investigación y discernimiento hacia seis posibles conclusiones.
Para el purpurado, casos como los de Medjugorje han crecido bien y con normalidad: «A veces, un fenómeno se puede gestionar fácilmente, hay frutos positivos, algo que ha sucedido en la mayor parte de los santuarios. […] Nunca ha habido una declaración ni del obispo ni del dicasterio y han crecido como devoción popular».
Porque, según ha dicho, no es necesaria una declaración de sobrenaturalidad para que «un fenómeno hermoso crezca». De hecho, fue así en Lourdes, Fátima y Guadalupe.
Y ha añadido, en particular, sobre el santuario situado en Bosnia, tal y como recogen los medios vaticanos: «Tengan en cuenta que un fenómeno puede ser considerado bueno, no peligroso en el origen y puede tener algunos problemas en el desarrollo posterior. Así que, a veces, una declaración tiene que aclarar estas diferentes etapas: es una diferencia que hay que tener en cuenta. Y entonces, incluso suponiendo que hubiera un nihil obstat, al mismo tiempo quizá habría que aclarar que algunos detalles no deben tomarse en serio. Porque si no recuerdo mal, creo que la Virgen también dio allí algunas órdenes, indicando la hora, el lugar, lo que tenía que hacer el obispo, etcétera. Eso habrá que aclararlo».