En España hay más de tres millones de familias (un 16,8 % del total) que viven por debajo del umbral de la pobreza severa una vez pagados los gastos básicos. Según recoge el informe Ingresos y gastos: una ecuación que condiciona nuestra calidad de vida y denuncia Cáritas, «los gastos relacionados con el pago de la casa y sus suministros son, con diferencia, los que más se han incrementado», siendo «la vivienda el elemento central que más desajustes genera» en las economías domésticas.
Otra cifra escalofriante es que dos millones y medio de españoles son pobres, pese a tener un trabajo y cobrar una nómina. «Son personas que madrugan, que cumplen en sus trabajos y no les da. Es el gran reflejo de cómo funciona nuestro mercado laboral», ha señalado Daniel Rodríguez, miembro del equipo de estudios de la Fundación FOESSA. «En general, el perfil de personas que vienen a Cáritas en esta situación son familias con menores a su cargo», ha especificado Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española. Ambos han denunciado la precariedad del sistema laboral español, unas «políticas públicas inexistentes o ineficaces» en materia de vivienda y el desequilibrio existente entre el parque de vivienda social de España (un 2 %) frente a la media europea (9 %), llegando incluso a mencionar la excepción holandesa (30 %).
En este sentido, han abordado también el incremento de los ingresos, si bien este es «leve y afectado de desigualdad» en lo que respecta a los hogares más vulnerables. «Aunque los ingresos han mejorado, las condiciones de vida no lo han hecho», ha resumido Rodríguez. Mientras la escalada de precios ha disparado los gastos familiares en un 30 % en apenas unos meses, el incremento de ingresos de estas familias apenas ha supuesto un 0,5 %. Las cifras, se miren por donde se miren, son alarmantes: 6 millones de personas sufren privaciones de alimentos en España; hay 3,2 millones de hogares que no se pueden calentar en invierno —un 189 % más que en 2008—; el 16 % de los ciudadanos que viven de alquiler sufren estrés financiero extremo; y se han incrementado los índices de hacinamiento.
Por todo ello, desde Cáritas y Fundación FOESSA han presentado una batería de soluciones para hacer frente a esta emergencia que está empobreciendo a millones de españoles: más viviendas sociales y de emergencia; planificar y coordinar unas políticas de empleo eficaces y que acaben de una vez por todas con la precariedad; equiparación plena de derechos de las trabajadoras del hogar; un sistema de garantía de ingresos mínimos con cobertura suficiente y unos montos adecuados al contexto que atravesamos. «Abrazamos este desafío y llamamos a la acción conjunta», ha señalado la secretaria general de Cáritas Española. «Este informe nos recuerda que, como sociedad, debemos comprometernos a construir un futuro en el que nadie se vea excluido y donde las condiciones de vida dignas sean una realidad para todos», ha sentenciado.