Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

Jóvenes peregrinos y misioneros

«Las Jornadas Mundiales de la Juventud han dado siempre frutos de vida entendida como vocación»

Uno de los acontecimientos centrales de este verano es la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que va a celebrarse en Lisboa. La Jornada propiamente dicha tendrá lugar en los primeros días de agosto, pero ya en la última semana de julio, miles de jóvenes procedentes de diversos lugares del mundo habrán llegado a Portugal. Allí hay organizadas diversas experiencias en distintas diócesis de nuestro país vecino, con el propósito de preparar a los peregrinos para el encuentro católico, universal y pleno que, convocado por el papa Francisco, se desarrollará en la capital del país vecino.

Las Jornadas Mundiales de la Juventud se han convertido por derecho propio, desde su nacimiento a finales del siglo XX y ya en esta andadura del siglo XXI, en uno de los acontecimientos pastorales más relevantes para la Iglesia. Juan Pablo II fue el gran iniciador y Benedicto XVI quiso seguir impulsando estos encuentros, incluido el que le trajo hasta Madrid, en aquella inolvidable Jornada que tuvo lugar hace algo más de una década. El papa Francisco ha querido seguir también en esta onda, convocando a los jóvenes de todo el mundo para poder vivir este acontecimiento singularísimo de catolicidad.

De nuestra diócesis de Valladolid van a ser varios cientos los jóvenes que participen en esta Jornada. Algunos acudirán en la peregrinación organizada por la Delegación Diocesana de Pastoral de Juventud, pero también hay otras promovidas por congregaciones religiosas, asociaciones, movimientos y comunidades, cuyos peregrinos van a tener asimismo la oportunidad de vivir esta experiencia de Iglesia, en la que cada uno vamos a ser llamados de nuevo a la conversión, al encuentro con Jesucristo. En esta ocasión, además, cogidos de la mano de María, que desde bien cerca de Lisboa, en Fátima, sigue convocando a la oración y a la conversión.

[embedyt] https://www.youtube.com/watch?v=ly2fN9b4AiI[/embedyt]

Las Jornadas Mundiales de la Juventud son, sobre todo, una gran experiencia de Iglesia. De Iglesia particular, porque cada una de las peregrinaciones -normalmente acompañadas por los obispos de cada diócesis- ayudan a chicos y chicas de diversas parroquias o grupos, a tomar conciencia de que forman parte de la Iglesia: Una, Santa, Católica y Apostólica, que acontece en un lugar concreto.

Pero, desde ahí, viviremos la experiencia de Iglesia Universal, de la Iglesia que preside en la caridad el Obispo de Roma, de la Iglesia que congrega a hombres y mujeres, en este caso adolescentes y jóvenes, llegados del este y del oeste, del norte y del sur.

En Portugal, en Lisboa, viviremos de nuevo esta visión, tan plástica y tan real, de una Iglesia que toma asiento en la tierra, que se congrega  en un gran espacio en el que estará Pedro, rodeado de centenares de obispos, que harán presentes a los doce. Veremos esa multitud como la que congregaba Jesús, en torno a Él y a los apóstoles, para poder vivir la experiencia de la escucha de la Palabra y del partir el Pan, a través del cual el Señor se nos entrega.

Estas Jornadas Mundiales de la Juventud quedarían incompletas si, además de la experiencia de conversión y de comunión eclesial, no tuvieran el rasgo del envío misionero. Por eso, el papa Francisco ha pedido convocar este encuentro mundial de Lisboa bajo el lema ‘María se levantó y partió sin demora’. Parece querer decirle a cada joven, a todos los que nos encontremos allí, que después de haber vivido el encuentro personal y eclesial con el Señor estamos enviados a levantarnos y a partir sin dilación para volver a nuestros lugares de origen con un corazón renovado, con una pasión por la comunión eclesial encendida con especial fuerza, para poder vivir en cada una de nuestras iglesias particulares la misión de la Iglesia, el anuncio del Evangelio.

Las Jornadas Mundiales de la Juventud han dado siempre frutos de vida entendida como vocación.  Pidámosle todos al Señor que también esta JMJ en Lisboa conceda a nuestra Diócesis abundantes frutos de vida entendida como vocación en el matrimonio cristiano, en la vida consagrada, en el ministerio apostólico…

Que María, Virgen de Fátima, interceda por nosotros para que la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa sea un auténtico acontecimiento del Espíritu para todos nosotros.

This Pop-up Is Included in the Theme
Best Choice for Creatives
Purchase Now