Católicas y científicas: María Gaetana Agnesi es un artículo de Alfonso V. Carrascosa. Científico del CSIC
En 2013 el Día Internacional de la Mujer Trabajadora –ocho de los corrientes- pilla en pleno Año de la Fe. Os presento a una mujer trabajadora, fascinante por su nivel científico y su catolicidad, María Gaetana Agnesi (1718 – 1799).
Esta milanesa es hoy considerada una de las científicas más importantes del siglo XVIII. Fue primera profesora de universidad del mundo, siendo nombrada en otoño de 1750 catedrática de matemáticas superiores y filosofía natural de la Universidad de Bolonia –primera universidad del mundo, fundada por la Iglesia Católica- por el Papa.
María Gaetana Agnesi fué una matemática italiana. Su libro “Instituciones Analíticas” fue traducido a varios idiomas y utilizado para la docencia de las matemáticas durante más de cincuenta años en muchos países de Europa, donde nuestro personaje alcanzó gran fama. En él se recogían temas tan novedosos entonces como el Cálculo Diferencial e Integral. De su celebridad da cuenta el hecho de que un cráter de Venus lleva su nombre. Sus obras inéditas, custodiadas en la Biblioteca Ambrosiana de Milán, ocupan veinticinco volúmenes.
Durante el siglo XVIII se impulsó el sapere aude (atreverse a saber) masculino. No obstante hubo mujeres católicas como nuestro personaje, o como Laura Bassi, que alcanzaron gran celebridad por sus conocimientos.
María Gaetana Agnesi fue además una niña precoz: con cinco años hablaba francés, y con nueve, italiano, latín, griego, hebreo, alemán y español, por lo que la llamaban “Oráculo de siete idiomas”. Tuvo 20 hermanos. A María la educó, entre otros, el padre benedictino Ramiro Rampinelli, profesor de Universidad. A su padre le gustaba mostrar el talento de sus hijos –todos ellos receptores de educación elevada- en las reuniones que organizaba en sus salones. Allí se dio a conocer María adquiriendo gran fama.
En 1739, a los 21 años, María quiso entrar en un convento, a lo que su padre se opuso. Obedeció y no lo hizo, pero rechazó toda vida pública, llevando una existencia retirada y piadosa. Se concentró en estudiar libros religiosos y de Matemáticas, y de hacerlo en su casa. Al morir su padre, cuando tenía 34 años, cambió las Matemáticas por la Teología, y comenzó a cuidar de sus hermanos y a practicar la piedad cristiana socorriendo a pobres e indigentes, viviendo en total pobreza. Dirigió durante los últimos 28 años de su vida el hospicio de Trivulzio, que ella misma fundara, y donde murió el 9 de enero de 1799. Dejó toda su fortuna a los pobres.
Que mujeres como Maria Gaetana Agnesi creyeran en Dios a la vez que fueran científicas de prestigio en pleno siglo de las luces se debe al don de la fe, que nos es dada gracias a la victoria de Cristo sobre la muerte y al envío del Espíritu Santo que da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.