Católicos y científicos: Antonio González de Lama, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
Como a los taxistas, a los curas se les identifica con facilidad, y son blanco de críticas en mayor medida que el resto de conductores o que el común de los mortales. Se habla poco de sus virtudes, que también las tienen. Antonio González de Lama (1905-1969), presbítero leonés, profesor del seminario y del Colegio Leonés, colaborador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas –uno de cuyos fundadores terminó ordenándose sacerdote y muriendo como tal, Jose Mª Albareda- fue director del Diario de León y fundó la revista de literatura “Espadaña”.
No digamos si el sacerdote en cuestión, como es el caso, vivió en España durante la dictadura franquista: ¡reo es de muerte! La memoria-histórica-oficial al servicio del laicismo se rasga las vestiduras directamente, se tapa los oídos, no quiere ni oir hablar de tal persona…Pero no así quienes le conocieron , y quienes le recuerdan.
El ayuntamiento de León convoca todos los años un certamen de poesía con su nombre, en honor del cual hay en la citada ciudad calle y colegio. A más de cien años de su nacimiento, se le recuerda como “…insigne leonés que destacó en el mundo de la prensa, la literatura, el pensamiento la crítica, ejerciendo siempre un magisterio abierto y de máxima altura… rebosaba humanidad, conocimiento y doctrina. A pesar de la escasez de contactos, su palabra, su voz, su figura envuelta en aquella vieja sotana, siempre han estado acompañándome … con su bondad de luto, tuve la sensación de que no estaba solo. Creí ver a don Antonio echando una «calada» con Dios y hablando de sus cosas” (Pío de las Heras Gayo, 7-1-2005, Diario de León), “…una de las personalidades que más influyeron en el desarrollo y reactivación de la poesía, de la cultura toda, leonesa y española, en las dos décadas de la posguerra…«Fue un sabio total, y además, una buena persona -compendia Martínez-. Tenía una cultura vastísima, se expresaba perfectamente, y, en su calidad de sacerdote, hay que decir que era muy abierto, nada fanático, y que no se sometía del todo al libro».”. (E. Gancedo, 15-1-2007, Diario de León).
De toda su labor, tal vez la más sorprendente fue que se le nombró responsable de la Biblioteca Azcárate – hoy custodiada por la Fundación Sierra Pambley- de origen masónico. Gracias a esta custodia, el rico legado bibliográfico ha llegado intacto hasta nuestros días, a pesar del militante anticatolicismo de la masonería internacional.