Juan Badiano ( c. 1484 – p. m. s. XVI) fue un latinista y botánico indígena de Nueva España, la actual Méjico. Nació en el barrio de Chilico, hoy de la Virgen Santísima, del pueblo de Xochimilco, actualmente parte de Ciudad de México. Apenas se sabe nada de él, aunque se cree que vivió sus primeros años aún bajo el imperio azteca, donde recibiría su primera formación, al igual que Martín de la Cruz.
Ya mayorcete se vinculó al católico y floreciente Real Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, en donde estudió el español, el latín, historia natural europea y otras materias. Este colegio lo fundaron los franciscanos españoles para dar formación a los indígenas. Por ellos y en el templo de dicho colegio fue bautizado, y siguió investigando.
Martín de la Cruz recibió el encargo de hacer un libro sobre principios medicinales del lugar, libro que escribió en el idioma nativo, el nahualt, y los franciscanos –concretamente el Padre Jacobo De Grado- encargaron a Badiano su traducción al latín de ese importante documento. Fue él quien lo tituló ‘Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis’ y concluyó su trabajo el 22 de julio de 1552, día de Santa María Magdalena. Con el tiempo y sus méritos llegó a ser profesor del Colegio. Por su autoría el libro se conoce como Códice Cruz-Badiano o Códice Badiano. El libro, gracias a este ambiente católico de estudio perfectamente compatible con la fe en tatas y tantas misiones españolas, se convirtió en uno de los principales documentos históricos sobre la medicina tradicional prehispánica.
El Códice tiene 13 capítulos. Cada capítulo se refiere a enfermedades de partes del cuerpo, empezando por la cabeza (capítulo 1) hasta los pies (capítulo 8), pasando por los ojos, los oídos, la nariz, los dientes, las mejillas, el pecho, el estómago y las rodillas.
Los capítulos siguientes describen los remedios contra la fatiga, con enfermedades generales, enfermedades mentales, las relacionadas con los aires, los problemas relacionados con el parto, las enfermedades de las mujeres, las de los niños, para terminar con las señales de la proximidad de la muerte. El códice refiere 227 plantas medicinales, de las cuales hay imágenes de 185. Otras 64 solamente son mencionadas por nombre, habiendo algunas que se repiten. Existen dos versiones, sobre el origen del Libellus, una dice que la obra era para el emperador Carlos V y otra que fue creada como obsequio al hijo del virrey don Antonio de Mendoza. Este texto permaneció en Europa por varios siglos y fue descubierto en 1929 por el profesor Charles Upson Clark en la Biblioteca Vaticana, el Papa Juan Pablo II lo devolvió a México en 1990 como regalo y en la actualidad se encuentra en el Museo Nacional de Antropología e Historia.