Católicos y científicos: Leonardo Torres-Quevedo, por Alfonso V. Carrascosa, científico del C.S.I.C.
Leonardo Torres-Quevedo (1852-1936) fue el ingeniero español más importante de todos los tiempos. Inventó el mando a distancia (que llamó telekino), el ordenador personal ( que llamó aritmómetro electromecánico), el funicular -uno de los cuales llamado “Spanish Aerocar” todavía funciona hoy sobre las Catarátas del Niágara (en la foto)- y profesó la fé católica. Inventó el ajedrecista automático, etc.
El Centro de Tecnologías Físicas del CSIC lleva su nombre (http://museovirtual.csic.es/colecciones.htm).
Construyó los primeros dirigibles españoles, un mágnetógrafo para Gonzalo Brañas, un espectrógrafo de rayos X para Blas Cabrera, varios microtomos para Santiago Ramón y Cajal, un telégrafo sistema Dúplex-Hughes para Miguel Santano (ahorrándole al Estado millones de pesetas de la época), un sismógrafo para Eduardo Mier, y un largo etcétera de máquinas e instrumental de laboratorio.
Ha sido muy biografiado y es bien conocida su actividad profesional, de interesante lectura para quien no lo conozca. De lo que casi no hay nada es de su fé. (http://www.torresquevedo.org/LTQ10/images/Leonardo_Torres_Quevedo_-_Aena.pdf;
http://www.torresquevedo.org/LTQ10/images/LTQConquistaDelAire.pdf;
http://www.esi2.us.es/ANT/ingenio/ingenio3/leonardo.html;
http://www.madrimasd.org/cienciaysociedad/patrimonio/personajes/biografia.asp?id=37
En una reciente entrevista telefónica con una de sus nietas, a la pregunta de ¿Era su abuelo católico? la contestación fue contundente: Católico, apostólico y romano de hasta la médula. Una primera noticia de su religiosidad la facilita el Padre Jorge Loring, S.I. (http://www.spiritusmedia.org/dios.html), quien comenta . En 1976 estuve en Toledo predicando conferencias cuaresmales, y entonces tuve la satisfacción de conocer a Valentina Torres Quevedo , hija del inventor… Ella me dijo que su padre murió como un buen cristiano, como había vivido: comulgaba todos los Primeros Viernes de mes.
Según uno de los comentaristas de los acontecimientos internacionales mejor informados de nuestro país, la gran mayoría de los investigadores y técnicos de la navegación espacial no solo de los Estados Unidos, sino también de la Unión Soviética, confiesan, cuando la conversación ha alcanzado un determinado clima de intimidad, su fe en Dios. Es más, casi sin excepción, admiten y añaden que su fe surge como consecuencia de sus mismas investigaciones científicas . Dos mil trescientos miembros de la Asociación Norteamericana de Científicos admiten ser creyentes .
En la obra Biografía de D. Leonardo Torres Quevedo, escrita por Leopoldo Rodriguez Alcalde y publicada por la Institución Cultural de Cantabria y el CSIC (1974), se recogen aspectos de la religiosidad de nuestro personaje. El autor comenta …Y he de confesar que también es muy grato recorrer un panorama vital como la existencia de un sabio…donde el hombre se manifiesta con las excelsas cualidades que son su mejor atributo de hijo de Dios , y que, como otros varones de ciencia poseyó en altísimo grado D. Leonardo Torres Quevedo…cuando murió D. Luis tocaron a muerto todas las parroquias del valle…una vez terminados sus cursos estudiase dos años en París, en el colegio de los Hermanos de la doctrina Cristiana…El 16 de abril de 1885 se casó con Dña. Luz Polanco y Navarro que fue…ideal y devota compañera del ilustre sabio durante cincuenta años de felicísimo matrimonio…La vida de Luz estuvo enteramente consagrada a su marido y sus hijos. Fue persona de grandes virtudes cristianas y gran corazón…El matrimonio tuvo ocho hijos.
La vida familiar de D. Leonardo la resume su biografo en …familia española, recogida, prudente, unida, cumpliendo en el mejor grado aquello de “vivir en paz y en gracia de Dios”…Refiriéndose a la muerte de Torres Quevedo escribe…acostumbraba a leer el catecismo, como preparándose íntimamente al próximo y tranquilo fin que le aguardaba…Su hija Doña Valentina le dijo en cierta ocasión “Papá, a lo mejor no comprendes del todo los misterios que la fe nos ofrece, como yo tampoco entiendo tus inventos”…y respondió cariñosamente “¡Ay hija, es que de Dios a mí hay una distancia infinita!”.
Una vez iniciada la Guerra Civil, su hija Luz fue detenida por los milicianos, y hubo de echar mano la familia de que Torres Quevedo era comendador de la Legión de Honor para sacarla de una checa, con intervención de la Embajada de Francia incluída, algo que sin duda le salvó la vida. Pronto moriría , tal y como su propio hijo narra A pesar de las dificultades de aquellos momentos (persecución religiosa desenfrenada), se le administraron los Santos Sacramentos, y en el instante de recibir la Extremaunción, dos o tres horas antes de fallecer y otro tant después de haber dejado de hablar, pronunció las siguientes palabras que fueron las últimas de su vida “Memento homnia, quia pulvis eris et in pulverem reverteris (Recuerda hombre que polvo eres y al polvo tornarás).
Algunos besaron su mano yerta, otros –a pesar de las circunstancias (persecución religiosa desenfrenada)- hincaron la rodilla mientras la famila musitaba preces cristianas…
Su muerte pasó prácticamente desapercibida. Pero su recuerdo y su obra perduran. En la misma obra se recogen unas palabras de Tomás García de Diego sobre Torres Quevedo…Pero quizá el dolor es sólo síntoma del alumbramiento de una vida mejor y las tinieblas no tienen detrás la noche inacabable sino un claro y radiante amanecer de una vida mejor y más justa, con cristiana aplicaciónde las grandes creaciones hechas al servicio de Dios y de los hombres, como las de Leonardo Torres Quevedo, genial inventor y español ejemplar”.