Esta mujer es lo que viene siendo para muchos de nosotros un referente. Hablo de los biólogos católicos varones que Dios ha tenido a bien dar a luz en este siglo que nos ha tocado vivir, y del que hace muy poco san Pedro nos exhortaba a salir con esa taxativa afirmación de su discurso en Pentecostés ‘Guardaos de esta generación perversa’. Pues la actividad profesional de Natalia López Moratalla –mucho menos que su vida personal, seguro inmensamente más rica- en el buen hacer tanto como en el defender lo importante a través de la bioética, son agua para apagar la sed que tantas veces produce lo que uno ve y oye.
No se le trabó la lengua al ser preguntada a bocajarro, algo que es muy de agradecer hoy día, particularmente en las mujeres como Natalia:
‘¿Cuál es la verdad sobre el hombre? Que Dios ama a cada uno y le llama a la existencia en alianza con el amor de sus padres para que sea feliz.
¿Cristiana y científica? Sí. Es más, la ciencia actual necesita con urgencia a los cristianos para que no se olviden de los valores profundos y seguir progresando.
En su labor científica, ¿han entrado en confrontación fe y razón? Nunca. Al contrario, la tradición judeocristiana, el Génesis especialmente, ha sido para mí esa luz en el horizonte que anima a ir al fondo de las respuestas’.
Pensar así no le ha impedido ser Licenciada en Ciencias Químicas por la Universidad de Granada, en 1968. Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad de Navarra, en 1972. Catedrático de Bioquímica, Universidad de Valencia, 1981. Profesor Ordinario de la Universidad de Navarra, desde 1981, Tampoco le ha impedido ocupar cargos de gobierno universitario: Directora de Estudios y Vicedecana de la Facultad de Ciencias, Vicerrectora de la Universidad de Navarra y Directora del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular. Pertenece a la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, Nitric Oxide Society y Asociación Española de Bioética y Etica Médica. Incluso pensando así –lo digo un poco en tono humorístico porque el laicismo afirma que no se puede ser católica y científica- es autora de más de un centenar de publicaciones científicas en las áreas de Bioquímica mitocondrial y de Biología Molecular y Celular de terapias antitumorales y de la patología de enfermedades autoinmunes, habiendo sido investigador principal de numerosos proyectos, y habiendo publicado numerosos artículos de Bioética, Biología teórica, Antropología y Divulgación científica.
¡Ojo! Y para postre su afirmación sobre el ínclito tema de las células madre embrionarias, que sólo se pueden conseguir matando seres humanos, uso condenado por la Iglesia desde el minuto cero de su postulación y por el que tanta difamación tuvo que soportar, insultos por los que por cierto nadie pide perdón:
‘El uso de células madre embrionarias para curar enfermedades: ¿mito o realidad? Las expectativas creadas internacionalmente sobre la curación de enfermedades muy graves con células embrionarias o por clonación terapéutica se han esfumado ya. La racionalidad científica ha triunfado y se ha mostrado la verdad acerca de que las células madre del propio cuerpo, es decir, las de adulto, que tienen esa capacidad de regenerar lo que se estropea en el organismo’.
Ampliar información de la buena sobre este tema puede hacerse aquí http://arbor.revistas.csic.es/index.php/arbor/article/view/2320. Y lo de que el hombre empieza siendo unicelular se puede entender si se lee esto https://personaybioetica.unisabana.edu.co/index.php/personaybioetica/rt/printerFriendly/1798/2417. Leer mucho de lo que escribe aquí https://www.bioeticaweb.com/byline/natalia-lopez-moratalla/ también puede sentar muy bien.
¡Natalia, gracias por todo!