La Iglesia celebra el próximo domingo, 2 de junio, festividad del Corpus Christi, el Día de la Caridad con el lema «Allí donde nos necesitas, abrimos camino a la esperanza».
La Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social ha publicado un mensaje de cara a la celebración del Día de la Caridad. Una festividad que, como dice el comunicado, «nos sitúa en el centro de la vida cristiana y “nos hace testigos de la compasión de Dios por cada hermano y hermana”». Por lo que los obispos invitan a todos los cristianos a «actualizar este gesto en la vida diaria, haciéndonos caridad, pan que se parte y reparte entre nuestros hermanos y hermanas, especialmente los más pobres y vulnerables, hambrientos de pan, justicia y dignidad».
Como señala la Fratelli tutti, «nuestro mundo está herido, lleno de sombras que obstaculizan el desarrollo de una fraternidad universal y dejan a muchas personas al lado del camino, generando u clima de desesperanza social». Las desigualdades vienen principalmente de los conflictos y guerras, así como de las migraciones. que afectan especialmente a las mujeres, puesto que sufren «situaciones de exclusión, maltrato y violencia».
En nuestro país, «la pobreza y la exclusión son un fenómeno estructural que persisten más allá de la coyuntura económica general». Los informes de Cáritas y de la Fundación Foessa revelan que miles de personas en España viven situaciones de exclusión severas, con el consiguiente deterioro psicoemocional; precariedad laboral que obstaculiza la posibilidad de emprender proyectos vitales nuevos; un problema creciente con la vivienda que aumenta el sinhogarismos; el aumento de personas que viven en situación de irregularidad administrativa y una población infantil y juvenil en desventaja social.
Ante esta situación, la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social recuerda que «no hay Eucaristía sin encarnación» y que «porque el Hijo de Dios entró en la historia y asumió una carne semejante a la nuestra, es posible la Eucaristía». Por lo tanto, «celebrar la Eucaristía es comulgar con Jesús y su proyecto del Reino para vivir cada día de manera más entregada, trabajando por un mundo más humano».
La celebración de esta jornada, «nos compromete a transitar caminos de fraternidad, a animar y promover el compromiso de la comunidad cristiana y de la sociedad en general, con la defensa de la dignidad de las personas y sus derechos» a través de tres vías: salir al encuentro de las personas más empobrecidas, comprometerse con el bien común y tejer comunidad fraterna.