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Dos bendiciones. Domingo 4º de Adviento. C

  “¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!” (Lc 1,42)

  1. Ya conocemos la importancia de la bendición en la cultura hebrea. ¿No deberíamos aprender a bendecir a los demás, en lugar de maldecirlos?
  2. ¿Qué importancia y repercusión debería tener en nuestra cultura esa bendición “entre las mujeres”?
  3. Muchos cristianos critican a los católicos que muestran su devoción a María. ¿En ese contexto, qué pueden sugerir estas palabras de Isabel?
  4. También se proclama bendito al fruto del vientre de María. ¿Qué significa esa proclamación para nuestra fe?
  5. ¿No deberíamos alegraros por todos los que reconocen como una gracia la bendición de Jesús y de María?
  6. Ante la celebración de la Navidad, ¿cómo podemos proclamar que es una bendición para la humanidad el nacimiento de Jesús, nuestro Salvador?
  7. ¿Percibo yo y agradezco la grandeza y la alegría que suponen esas dos bendiciones que pronuncia Isabel?
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