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El Papa dedica la catequesis a san Juan Diego: «Para anunciar el Evangelio no es suficiente dar testimonio del bien, sino también saber sufrir los males»

El papa Francisco ha retomado este miércoles en la audiencia general el ciclo de catequesis sobre el celo apostólico, centrándose en la revelación de la Virgen en los santuarios marianos y en concreto en el de Guadalupe (México) y en la figura de san Juan Diego, el indígena al que se le apareció la Virgen y cuyo testimonio no fue creído en un primer momento por el obispo. Por eso, el Pontífice ha recalcado que «para anunciar el Evangelio no es suficiente dar testimonio del bien, sino también saber sufrir los males, con paciencia y constancia, sin miedo a los conflictos».

En este sentido, ha advertido de la tentación de retirarse de la tarea del anuncio cuando aparecen problemas, refugiándose en las propias certezas, en pequeños grupos y devociones íntimas. Pero la Virgen María, como hizo con Juan Diego, lanza a sus hijos a los desafíos del mundo. Los hace crecer y caminar hacia adelante, ha recalcado Francisco.

Y cuando hay paciencia y obediencia, ha continuado, aparece la sorpresa de Dios: «Él puede hacer realidad lo inesperado, en el tiempo y formas que no podemos prever».

Un mensaje en lengua materna

La otra reflexión que ha hecho el Papa durante la catequesis tiene que ver con el modo en que la Virgen se muestra a sus hijos. En Guadalupe, ha referido, apareció vestida con la vestimenta de los autóctonos, hablando su lengua, acogiendo y amando su cultura. «En María, Dios se ha hecho carne y, a través de ella, continúa encarnándose en la vida de los pueblos. La Virgen, de hecho, anuncia a Dios en la lengua más adecuada, la lengua materna. Sí, el Evangelio se transmite en la lengua materna», ha agregado.

Por eso, ha dicho también, en los santuarios marianos la fe se acoge de una forma simple y genuina, popular, y la Virgen, como dijo san Juan Diego y ha recordado el Santo Padre, «escucha nuestros lamentos y cura nuestras penas». «Tenemos necesidad de acercarnos a estos oasis de consolación y de misericordia, donde la fe se expresa en lengua materna, donde se dejan las fatigas de la vida en los brazos de María y se vuelve a vivir con paz en el corazón», ha concluido.

Recuerdo para Ucrania

Al final de la audiencia, Francisco ha encomendado a san Bartolomé a Ucrania, que sufre una guerra desde febrero desde 2022. Y ha pedido intensificar las oraciones: «Recemos por nuestros hermanos y hermanas ucranianos, sufren tanto, la guerra es cruel, tantos niños desaparecidos, tanta gente muerta, recemos, por favor, no olvidemos a la martirizada Ucrania, hoy es una fecha significativa para su país».

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