Francisco repasa ante el Cuerpo Diplomático la situación del mundo, «cada vez más desgarrado», y renueva su llamamiento en favor de la paz, que exige respeto a la vida, diálogo y educación. Tierra Santa, Ucrania, Sudán, Myanmar, Armenia, Sudán y Nicaragua se encuentran entre sus preocupaciones
El papa Francisco ha recibido esta mañana al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede —184 representantes—, una audiencia ya tradicional en la que el Pontífice repasa la situación del mundo, poniendo énfasis en algunos países, renueva su llamamiento en favor de la paz, cuya consecución necesita que se respeten los derechos de todos los hombres, diálogo y educación
Para Francisco, el camino para la paz no solo exige la ausencia de guerra, la lucha contra el hambre o la reducción de armamento, que también, sino el respeto de la vida de toda la vida humana, «empezando por el niño no nacido en el seno materno, que no puede ser suprimida ni convertirse en un producto comercial».
En este sentido, ha condenado los vientres de alquiler: «Considero deplorable la práctica de la llamada maternidad subrogada, que ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño; y se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre. Un hijo siempre es un don y nunca un objeto de un contrato».
Así, ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que se comprometa «a prohibir universalmente esta práctica». «En cada momento de su existencia, la vida humana debe ser preservada y tutelada, aunque constato, con pesar, especialmente en Occidente, la persistente difusión de una cultura de la muerte que, en nombre de una falsa compasión, descarta a los niños, los ancianos y los enfermos», ha añadido
Además, ha constatado que la introducción en los últimos años de nuevos derechos, «no del todo compatibles respecto a los definidos originalmente y nos siempre aceptables», han dado lugar a «colonizaciones ideológicas». Ha citado, en concreto, la ideología de género, que es «extremadamente peligrosa, porque borra las diferencias en su pretensión de igual a todos».
Diálogo
Con el respeto a la vida, la consecución de la paz exige también diálogo, que debe ser, ha añadido, «el alma de la comunidad internacional». También es importante el diálogo político y social, «pues es la base de la convivencia civil en una comunidad política moderna».
Y el diálogo interreligioso, que exige «la protección de la libertad religiosa y el respeto de las minorías». «Nos duele, por ejemplo, constatar que cada vez más países adoptan modelos de control centralizado de la libertad religiosa, con el uso masivo de la tecnología», ha dicho. En concreto, ha citado el aumento de actos de antisemitismo y la persecución y discriminación contra los cristianos: «En total, más de 360 millones de cristianos en todo el mundo sufren un alto grado de persecución y discriminación a causa de su fe, y son cada vez más aquellos que se ven obligados a huir de sus países de origen».
Educación
Finalmente, la última vía para alcanzar, según el Papa, es la educación, «la principal inversión en el futuro y en las jóvenes generaciones». Ha puesto el foco, de manera especial, en las nuevas tecnologías, que pueden convertirse en instrumentos de división y de difusión de mentiras, aunque también son medio de encuentro, de intercambio mutuo y de vehículo para la paz.
«Es esencial que el desarrollo tecnológico se lleve a cabo de manera ética y responsables, preservando la centralidad de la persona humana, cuya contribución no puede ser ni será nunca sustituida por un algoritmo o una máquina».