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El Papa quiere designar un representante permanente para que medie entre Rusia y Ucrania

El papa Francisco confiesa que está pensando en designar un representante de forma permanente para que sirva de puente entre las autoridades rusas y ucranianas para lograr el regreso de los menores deportados a Rusia.

Así lo dice en una extensa entrevista para la revista Vida Nueva con motivo de su 65 aniversario. El equipo de la publicación, que edita PPC, se trasladó al Vaticano para mantener un encuentro con el pontífice, cuyo resultado es un número especial. Allí, Francisco también confirma en la charla que Matteo Zuppi, como ya habían informado medios italianos, viajará a Pekín después de ir a Kiev, Moscú y Washington en la búsqueda de una vía para la paz en Ucrania.

A nivel diplomático, también apunta que siguen negociando por la liberación del obispo nicaragüense Rolando Álvarez y que pidió mediación al presidente de Brasil, Lula da Silva.

Francisco habla de todo. También de España y confirma que no va a hacernos una visita hasta que termine todos los países pequeños, al estilo de su primer viaje en el continente europeo: Albania. De hecho, reconoce que está preparando uno a Kosovo, «pero no está definido». Del análisis a los seminarios españoles, realizado por dos obispos uruguayos, ha hecho la siguiente reflexión: «Está claro que un seminario con dos, tres o cinco seminaristas no funciona. Los grandes seminarios tienen que hacer pequeñas comunidades y los que tienen pocos tienen que agruparse. Hay que redimensionar y generar una dinámica comunitaria sensata. El número es clave».

Dice también que los obispos españoles son «buenos pastores» y recuerda el criterio general que está aplicando a la hora de nombrar obispos en todo el mundo: «Una vez que un obispo es residencial y está destinado, ya está casado con esa diócesis. Si mira a otra, comete adulterio episcopal. Quien busca un ascenso, comete adulterio episcopal. Por eso estoy pidiendo que busquen sacerdotes u obispos auxiliares».

Con cierto humor, el pontífice señala que «es una víctima del Espíritu Santo», al referirse a su elección, hace diez años, que todavía no se ha atrevido «a acabar con la cultura de corte en la Curia» y que es «una piedra en el zapato para más de uno». «De cualquier imperio hablo mal, sea de la tendencia que sea». Eso sí, los problemas, añade, «nunca me han quitado el sueño».

«Un apostolado juvenil aséptico no funciona»

También tiene palabras para los jóvenes, ahora que se celebra la Jornada Mundial de la Juventud: «Con ellos tenemos que utilizar el lenguaje de las manos, porque los jóvenes necesitan hacer, y el lenguaje de las piernas, que es caminar. Un apostolado juvenil aséptico de laboratorio no funciona». Y añade, con respecto a los futuros sacerdotes: «Necesitamos seminaristas normales, con sus problemas, que jueguen al fútbol, que no vayan a los barrios a dogmatizar».

En la conversación también se pone de manifiesto la acogida a todos que tanto pregona estos días en Lisboa —cuenta cómo un grupo de transexuales se sorprendía por la acogida que les brindó—, la importancia de las religiosas en la encarnación de lo femenino y la necesidad de que los laicos asuman más responsabilidad: «La madurez del laicado no está en pañales, pero sí en pantalón corto».

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