“El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga” (Mc 8,34)
- ¿Conocemos a algunas personas que, en nuestro propio ambiente, hayan decidido escuchar a Jesús y caminar con él?
- En este tiempo y en nuestra sociedad, ¿qué puede implicar para las personas y las instituciones seguir a Jesucristo?
- ¿Qué podemos decir a quienes piensan que negarse a sí mismos equivale a renunciar a los derechos humanos?
- ¿Cargar con la cruz no es algo que nos viene ya impuesto por la naturaleza y también por los poderes de este mundo?
- Los que tratamos de rechazar el peso de la cruz ¿no la estaremos imponiendo a otros hermanos nuestros que se sienten marginados?
- ¿Como podemos llevar a cabo esa vocación a seguir a Jesús que hemos recibido todos los creyentes?
- ¿En qué puedo manifestar a los demás que he aceptado esa vocación al seguimiento de Jesucristo en esta vida concreta que es la mía?