El papa Francisco ha vuelto a llamar al padre Gabriel Romanelli, párroco de Gaza. Es la cuarta llamada desde el inicio de la crisis hace una semana. Y le transmitió, según ha asegurado el propio Romanelli a Vatican News, que está muy preocupado.
«Está muy cerca de la gente», ha añadido Romanelli, que todavía no ha podido volver a Gaza. «Nos ha pedido que protejamos a los niños. Sabe que, además de los niños de la parroquia, acogemos a niños cristianos y a niños musulmanes, así como a discapacitados y heridos atendidos por las monjas de la Madre Teresa. Son cientos de personas que están bajo nuestra responsabilidad. El Papa sabe todo esto y ha mostrado su cercanía, su bendición y su oración y está haciendo todo lo posible para tener una pequeña ventana de esperanza».
En estos momentos, hay 500 personas acogidas por la Iglesia católica en Gaza. «Han pasado una noche realmente aterradora porque sabían que el ultimátum terminaba este sábado, aunque se había prorrogado», ha explicado.
Y ha continuado: «Se preguntan a dónde pueden ir en el sur y qué ocurrirá allí. Están llegando informes de personas que fueron atropelladas cuando iban hacia allá. Algunos tienen coche, otros no tienen nada. Están aterrorizados y en la Iglesia se sienten más protegidos, pero la situación es desesperada para todos».
Todos los edificios de la Iglesia se encuentran en la zona norte, que Israel ha pedido evacuar, pero no tienen a donde ir. «La gente está apegada y unida a la iglesia, que es el centro humano y espiritual de sus actividades», ha concluido.