“Señor, si eres tú, mándame ir a ti sobre el agua” (Mt 14,28)
- Nunca ha habido un tiempo de paz y de seguridad para los discípulos de Cristo. El testimonio es siempre un martirio, y no solo en el origen de la palabra. ¿Somos conscientes de esa dificultad?
- En medio de las dificultades que nos acosan, los cristianos vivimos el temor que nos atenaza en medio de las tempestades. ¿No sentimos la tentación de seguir a los que parecen caminar seguros ante nuestros ojos?
- Simón Pedro parece tener dudas ante aquel que en el fragor de la tempestad le ha parecido un fantasma. ¿No nos preguntamos nosotros si Jesús es verdaderamente el Señor?
- Entre el miedo y la confianza, Simón Pedro dirige a Jesús una petición que suena como un desafío. ¿No tratamos a veces de poner a prueba al Señor cuando le pedimos algo que parece simplemente irracional?
- De todas formas, ¿estamos seguros los cristianos de que el Señor puede hacer posible lo que parece humanamente imposible?
- ¿Cómo puede la Iglesia superar el miedo a la persecución y al fracaso y confesar públicamente su confianza en el Señor, que no la abandona en medio de las tempestades?
- Ir hacia el Señor es el resumen y la clave de la vida cristiana. ¿Tengo yo la humilde osadía de pedirle al Señor que me permita dirigirme a él caminando sobre las aguas?