«De no producirse una salida voluntaria, los servicios jurídicos no tendrán más remedio que iniciar las acciones legales a las que haya lugar», señala la archidiócesis de Burgos
Después de que las diez hermanas de Belorado se reafirmasen en la decisión de separarse de la Iglesia católica y se negasen a acudir al Tribunal Eclesiástico, a donde habían sido convocadas por el comisario pontificio y representante legal de los monasterios de Belorado, Orduña y Derio, Mario Iceta, arzobispo de Burgos, este decretó el pasado 22 de junio su excomunión y expulsión de la vida consagrada.
Una decisión que no impide la presencia en Belorado de una comunidad monástica, que está formada por las cinco hermanas mayores y por otras tres que, aunque no se encuentran en el cenobio, pertenecen a la comunidad, como ha recordado en rueda de prensa el propio prelado este lunes
Las exreligiosas no podrán seguir en el monasterio, pues «carecen de título legal» para permanecer en él, «con lo que deberán abandonarlos». «De no producirse una salida voluntaria, los servicios jurídicos no tendrán más remedio que iniciar las acciones legales a las que haya lugar», recoge la archidiócesis en una nota tras la comparecencia del propio Iceta el 24 de junio. Esto es esencial, fundamentalmente, para la atención de las hermanas mayores y la restauración de la vida monástica católica.
Sobre la cuestión patrimonial, recuerda que «las propiedades e inmuebles son bienes eclesiásticos pertenecientes a los monasterios como entidades jurídicas públicas eclesiásticas al servicio de la comunidad de clarisas que sigue habitando estos monasterios».
Y recalca que la Iglesia siempre ha tenido la intención de abrir un diálogo, algo que no ha sido posible por «la actitud de la comunidad». «La Iglesia seguirá esperando en oración con las puertas abiertas para que estas exreligiosas sean conscientes de la verdad de su realidad y emprendan el camino de vuelta a casa, donde serán acogidas como amor y misericordia», insiste la archidiócesis.