La recepción de los sacramentos, sostienen, debe ser una consecuencia del primer anuncio y no una rutina pastoral
Los laicos españoles, que se reunieron en Madrid este fin de semana en el Encuentro de Laicos sobre Primer Anuncio, llegaron a varias conclusiones. Una de ellas es que la Iglesia necesita «un cambio de inercia» en la que se deje atrás una pastoral en la que se administran sacramentos de forma rutinaria a otra en la que estos sean consecuencia del primer anuncio.
«En definitiva, el primer anuncio ha de traducirse en procesos de aproximación y de iniciación cristiana que favorezcan el encuentro con Jesús», recogieron en la ponencia final Jorge Botana (CONFER), Eva Fernández (Acción Católica) y Jesús Úbeda (Conferencia Episcopal y diócesis de Getafe).
Junto a esto, subrayaron la necesidad de conectar catequesis con primer anuncio, en un doble sentido: de un lado, dar un carácter más kerigmático a nuestros procesos catequéticos.
Para todo ello hacen falta una serie de actitudes. Por ejemplo, la alegría, la acogida, la esperanza, la valentía, la gratuidad o la humildad. También la mirada contemplativa y misericordiosa hacia las personas y la realidad.
Del mismo modo, es fundamental un lenguaje adecuado «para que se entienda lo que anunciamos». «Nuevos lenguajes, nuevos métodos, nuevas formas de estar presentes en los nuevos areópagos, pero siempre buscando el encuentro con el otro. El primer anuncio debe provocar un primer encuentro», añadieron.
Dejaron claro también que el anuncio es personal, realizado con palabras, pero siempre desde la cercanía, la amistad y el testimonio, en lo cotidiano. «El Primer Anuncio empieza en nuestro metro cuadrado más cercano: familia, compañeros de trabajo, vecinos; todas las personas que pasan a nuestro lado, sin distinción, ni exclusiones, pueden recibir el anuncio y descubrir el Kerigma. También hemos de concebir y trabajar el anuncio como un ofrecimiento gozoso y como un servicio a los demás, nunca como una obligación o imposición», agregaron.
Con todo, destacaron que el primer anuncio no es una obligación ni una tarea, porque a través del primer anuncio se accede a un encuentro con el otro y con Jesús. «Es el lugar concreto donde Cristo quiere construir mi vida», añadieron.
Los vínculos con los demás itinerario
Pero el primer anuncio no es algo aislado, también tiene relación con los otros itinerarios que se trabajaron durante el Congreso de Laicos: vida pública, acompañamiento y formación.
Así, afirmaron que la pertenencia e integración en una comunidad es fundamental. Desde ella se es enviado y a ella se vuelve. Además, el primer anuncio «requiere del acompañamiento como complemento indisociable, un acompañamiento que ofrezca la posibilidad de integración en una comunidad de referencia». De hecho, afirmaron que el primer anuncio no funciona sin acompañamiento.
También pusieron de manifiesto la importancia de la formación para anunciar fielmente a Jesucristo y de ofrecer un testimonio en el mundo actual, con especial atención a los pobres y excluidos.