Magníficat solemne. Música: «Pueblo de reyes», de L. Deiss
Textos recopilado por Fray Gregorio Cortázar Vinuesa, OCD
Virgen María, / con tu_humilde canto / cantas al Trino-Dios / su don de_amor, / su_excelsa salvación.
O bien, solo para la Asunción:
Hoy, muy más tierno, / fluye tu “Magníficat”, / Madre, al ver a Dios. / ¡Cuál tu velar! / ¡A Dios nos quieres dar!
1. Engrandece mi alma_al Señor y exulta / mi espíritu_en mi Salvador, pues, amante,_él miró / la_humildad de su_esclava,_y llamarme_han por ello / muy dichosa los pueblos, las gentes, mis hijos de_amor.
2. Toda generación muy dichosa me llama, / porque_en mí grandes cosas obró quien es Sumo Poder, / cuyo Nombre es Santo,_y su Misericordia / sobre quienes le temen reposa, por siempre_él es fiel.
3. Ostentó_el gran poder salvador de su brazo: / dispersó_a los soberbios en sus corazones, y_alzó / los humildes y_en bienes colmó_a los hambrientos, / y_a los ricos despide sin bien y_el poder destronó.
4. Acogió Dios su pueblo_Israel, que_es su siervo, / recordando la misericordia, su_amor siempre fiel, / las promesas de_amor que_él hiciera_a los padres / en favor de_Abrahán y de la descendencia de él.
5. Gloria_al Padre y_al Hijo y_Espíritu Santo, / Dios-Verdad, Dios-Amor, el Dios Gracia, Dios que_es Santidad. / Gloria_a Cristo Jesús, el Dios-Hombre, que salva; / gloria_a su Madre Santa, su Socia en nuestro salvar.
Llamo solemne a este Magníficat por la música con que se canta y para distinguirlo de los otros tres Magníficat que, gracias a Dios, he logrado elaborar, y que los designo así: “Magníficat breve”, con la música Cuando la aurora nacía, de F. y T. Aragüés; “Magníficat sencillo”, con la música Morada de la luz, de F. Palazón; y “Magníficat rápido”, con la música En la mañana de resurrección, de C. Erdozáin.
La letra de los cuatro Magníficat cantables se inspira en la traducción del Magníficat que os di a conocer en uno de los textos diarios de la Novena a la Virgen del Carmen, que difiere de la traducción de la “Sagrada Biblia – Versión Oficial de la Conferencia Episcopal Española, Madrid 2010”.
Respecto de tal Sagrada Biblia, en 2011 llegué a enviarle a su Eminencia Reverendísima Card. Antonio Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto divino, hasta “44 presuntos errores de traducción“, compulsando sus textos presuntamente mal traducidos con las siguientes Biblias: Nácar-Colunga (37ed/1978, revisión de Maximiliano García Cordero); Bover-Cantera; Cantera-Iglesias (3ed); Jerusalén (3ed); y sobre todo la Nueva Vulgata. Como de D. Antonio nunca recibía respuesta, interrumpí la relación por email con él.
Por lo que he comprobado, la dicha Sagrada Biblia está mejor traducida que lo que hay de bíblico en los Libros litúrgicos que la ha precedido. Pero tiene un fallo fundamental, y es que los traductores, al parecer, no se han sentido vinculados por la Nueva Vulgata. Y de ahí errores de traducción en que incurren, que solo Dios sabe cuántos serán. Os pongo dos ejemplos:
El primero lo tenéis en la canción “Espiritualidad de comunión”, que os envié. Su estribillo contiene estas palabras: ¡Oh Jesús, Flor del campo y_el Lirio del valle!, que se inspiran en el Cantar de los cantares (2, 1): Ego flos campi et lilium convallium. Y os añadía el bello texto de San Juan de la Cruz: «Al cual lecho el alma llama florido, porque su Esposo…, como él mismo dice de sí en los Cantares (2, 1), es la misma “flor del campo y el lirio de los valles”» (Cántico espiritual, Anotación a la canción 24). La tal Sagrada Biblia traduce: “Soy un narciso de la llanura, una rosa de los valles”.
El segundo ejemplo lo tenéis en Lc 2, 41. Imaginad que de uno de nosotros se dijera: “Fulano suele ir a Misa los domingos”. El tal podría objetar: “No suelo ir a Misa los domingos, voy a Misa los domingos, y aun a diario“. Por aquí veis la injuria que parece hacer a la Sagrada Familia el texto de Lc 2, 41 traducido así: “Sus padres solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua”. Se les atribuye una nota de veleidad. La Nueva Vulgata traduce así: “Et ibant parentes eius per omnes annos in Ierusalem in die festo Paschae“.
¿Cómo llegué a caer en la cuenta de los “presuntos errores de traducción”? No por ningún análisis lingüístico de la Sagrada Escritura, para lo que soy absolutamente incompetente, sino porque tiempos atrás, por la frecuente lectura de textos de san Juan Pablo II, me fui dando cuenta, por el modo como él se expresaba, de equivocadas traducciones bíblicas que había en los Libros litúrgicos. La aparición, que tanto había deseado, de la dicha Sagrada Biblia, me decepcionó no poco. Comprobé que si se habían corregido algunos de los errores que recordaba, permanecían textos mal traducidos, seguramente por no sentirse vinculados los traductores por la Nueva Vulgata.
Os ruego que oréis para que Dios nos conceda, por intercesión de la Santísima Virgen, una traducción de la Biblia enteramente acertada. Sabido es que las citas bíblicas de los textos de los Papas, traducidos al español, con frecuencia no son traducidas de la expresión literal de ellos, sino tomadas de los Leccionarios españoles. Y así, si estos están mal traducidos, la errada traducción se refleja en las citas bíblicas de los documentos papales traducidos al español.