Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

Mikel Garciandía: «Confiamos en que el Espíritu Santo tiene un sueño para esta Iglesia local»

De vocación temprana, le tiraban los idiomas, pero acabó especializándose en Filosofía, pues «sabía que era una llamada que tenía que atender»

Tras su nombramiento por el Papa el pasado octubre, el navarro Mikel Garciandía Goñi, de 60 años, tomó posesión como nuevo obispo de Palencia en enero. Hasta ese momento, había desarrollado su ministerio íntegramente en Pamplona y Tudela, donde era vicario episcopal de Mendialde, director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas, coordinador de la Unidad de Atención Pastoral Aralar y capellán ministro del santuario de San Miguel de Excelsis, en el Monte Aralar. 

¿Qué tal le acoge Palencia?
Desde el inicio, muy bien. La entrada también ha sido suave, en el sentido de que la música me sonaba, porque yo estaba en una unidad de atención pastoral en Navarra, y Palencia había hecho una apuesta fuerte por los equipos pastorales. Estoy muy agradecido a Dios, porque es una diócesis pequeña en lo cuantitativo, pero que, si la valoramos cualitativamente, tiene mucha gente motivada, trabajando y ya organizada. Además, yo venía de coordinar un proyecto europeo de los santuarios de San Miguel para jóvenes y esta diócesis tiene mucha relación con la peregrinación y el Camino de Santiago.

¿Cuáles son las peculiaridades de su diócesis? 
Lo que me ha sorprendido —y para bien— es que, así como en Pamplona, el plan pastoral está, por así decirlo, con sus primeros balbuceos, aquí ya había grupos de trabajo y el organigrama ya está organizado y volcado. Está muy bien engrasado, porque para nosotros, además, el plan de pastoral es absolutamente necesario, por la dispersión poblacional, la escasez de clero y para poder llegar «a los de fuera».

¿Cuál es su proyecto personal?
Los laicos tienen que pasar de ser meros colaboradores del clero a ser enteramente corresponsables de la misión: llevar el Evangelio a los que no lo conocen. Mi reto es trasladar esa visión no desde la inercia, de aguantar como sea, sino convencidos de que el Espíritu Santo tiene un sueño para esta Iglesia local. Hay que hacer comunidad y anuncio de Dios. 

¿Qué papel están llamados a jugar los migrantes en una diócesis con tanta despoblación? 
Me preocupa, especialmente, que muchos migrantes que vienen de países católicos donde tienen sus parroquias a veces no se encuentran con la acogida adecuada y acaban en otras comunidades cristianas no católicas. Tenemos que mirar al migrante no con paternalismo, sino como alguien que rejuvenece y da vigor a nuestras comunidades. Esta interculturalidad va a hacer a las parroquias del futuro más fuertes y mucho más creíbles.

Fue responsable de euskera en Navarra, ¿qué papel deben jugar las lenguas en la Iglesia? 
Desde Pentecostés, la Iglesia ha promocionado el anuncio del Evangelio desde su entraña. Es católica, porque no es deudora de servidumbres culturales. No se asocia con el poder, sino que simplemente se fija en el pueblo sencillo y le habla en su lengua. Hispanoamérica es un ejemplo: cuando deja de ser España, solo el 10 % de los indios habla español. Los misioneros predicaban en quechua, náhuatl… La Iglesia tiene su propio discurso sobre los idiomas y culturas, otra cosa es que luego haya quien los instrumentalice para otros intereses. 

This Pop-up Is Included in the Theme
Best Choice for Creatives
Purchase Now