El obispo auxiliar de Bogotá asume el rol de secretario de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores
«El hecho de ser obispo me hace tener un conocimiento de una Iglesia en desarrollo, de los retos, las lagunas y las resistencias en la fijación de normas universales de salvaguardia», con estas palabras se ha expresado Monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá, en una entrevista concedida a Vatican News en la que sintetiza sus primeras impresiones tras haber sido nombrado secretario de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores (PCTM) por el Santo Padre.
Junto a la doctora Teresa Morris Kettelkamp, designada secretaria adjunta, continúan la tarea de esta institución, en la que ambos se desempeñaron como miembros hasta ahora. Alí Herrera, quien también sirve como secretario general de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC), lidera la Oficina para la Cultura del Cuidado y la Oficina para el Buen Trato en el Episcopado de su país.
Diálogo
«El papel del obispo es clave para nuestro diálogo con todos los demás prelados», asegura. Al mismo tiempo, uno de los puntos que están insistiendo en la PCTM es el informe anual que el Sucesor de Pedro les ha pedido entregar. «Tenemos un trabajo fuerte», revela.
El secretario sostiene que «cada vez tenemos que responsabilizarnos de más actividades, como, por ejemplo, el informe anual». A su vez, pretenden expandir las capacitaciones, la implementación de los Memorare, es decir, una serie de medidas adoptadas por diversas Conferencias Episcopales y Conferencias de Religiosos de América Latina, en colaboración con la PCTM, para prevenir los abusos. También quieren revisar las directrices y estructuras nacionales para la prevención de abusos, construir las metodologías para incluir cada vez más las voces de las víctimas y potenciar el informe anual, al que describe como un instrumento para medir y transmitir los esfuerzos con transparencia.
Según Alí Herrera, la gran ventaja de la PCTM es la diversidad de competencias de sus miembros, más de la mitad de los cuales son mujeres, laicos y no todos son católicos. En estos diez años de labor, han vivido «éxitos y desilusiones, frustraciones, momentos en los que hemos tenido que sortear dificultades», repasa. No obstante, se sienten reconfortados por el constante apoyo del Papa Francisco, el liderazgo del cardenal Sean O’Malley, que preside la comisión, y el trabajo de todos los miembros y colaboradores.
Diez años de aprendizaje
«Han sido diez años de aprendizaje y de poner cada vez más al centro todas las iniciativas posibles para el bien de las víctimas y la protección de los niños, las niñas y los adolescentes», agrega Alí Herrera.
El obispo auxiliar de Bogotá aspira a seguir extendiendo las propuestas de la Pontificia Comisión, sobre todo para potenciar el apoyo de las Conferencias Episcopales y las Iglesias particulares, y a generar redes para crecer en el mandato solicitado por el Santo Padre. Asimismo, Alí Herrera exhorta a incluir la protección de menores en la lista de temas para el debate en la segunda sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos en octubre de 2024.