Se unen así a la petición del papa Francisco en su mensaje con motivo de la Jornada por la Vida, que se celebra este 25 de marzo, fiesta de la Encarnación del Señor
La Conferencia Episcopal Española (CEE), a través de los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida, ha reclamado este lunes, fiesta de la Encarnación del Señor y Jornada por la Vida, que se prohíba de forma universal la práctica de la maternidad subrogada.
Se suma así a la petición que hizo el papa Francisco el pasado 8 de enero en su discurso a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede. Entonces, el Pontífice dijo que esta práctica «se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre».
Al inicio del mensaje, los obispos dejan claro que la vida «es un don de Dios, no un derecho absoluto a la libre disposición del criterio humano». Así, dividen el texto en tres partes que coinciden con las distintas etapas vitales: inicio, transcurso y final.
«El hecho de que la vida sea un don y una buena noticia nos invita a acogerla siempre, incondicionalmente. Por eso hay que ayudar a las madres que reciben esta noticia de manera esperada o inesperada para que puedan descubrir que la vida que llevan en su seno realmente es una buena nueva», añaden.
Así, piden que se ayude a las madres que reciben esta noticia de manera esperada o inesperada para que descubran que la vida que llevan dentro es una buena nueva. Además, junto con la consideración positiva de la maternidad, reclaman ayudas efectivas integrales, no solo económicas.
Junto con esta cuestión, defienden que «no hay un derecho absoluto a tener un hijo». «Es cierto que hay que acompañar a las parejas que tienen un fuerte deseo de ser padres, pero experimentan dificultades para concebir. Serán buenos los avances médicos que ayuden a detectar las causas de la esterilidad, intentando remediarlas, pero no se deberá emplear la técnica para producir de manera artificial la fecundación», agregan.
Pero, según continúan, la buena noticia de la vida no solo se limita a unos momentos concretos, sino que extiende durante toda la vida. «Denunciamos la trata de personas y la esclavitud moderna porque son claras violaciones de la dignidad humana, ya que reducen a las personas a meros objetos de explotación económica y física; afirmamos que hay que paliar las situaciones de pobreza extrema, porque son muchos los que no tienen acceso a recursos básicos como alimentos, agua potable, atención médica y vivienda digna; debemos revisar nuestras actitudes hacia las personas migrantes, evitando el desinterés y los prejuicios; hay que evitar que haya personas en condiciones de trabajo inhumanas, con salarios injustos y falta de derechos laborales básicos, lo que priva a los trabajadores de su dignidad al tratarlos como meros instrumentos de producción en lugar de seres humanos con necesidades y aspiraciones legítimas», subrayan.
Finalmente, subrayan que en la ancianidad y la enfermedad terminal «la vida sigue siendo una buena noticia» y afirman que hay que tener cuidado«para no actuar según el criterio de que en esos momentos la vida ya es una carga pesada que debe eliminarse».
Y concluyen: «Este cuidado debe darse principalmente en el contexto de la familia. Hay que apoyar efectivamente a las familias para que puedan atender a sus mayores».
