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El Papa Francisco recibe los regalos del ofertorio de un grupo de niños durante la Misa en la fiesta de la Epifanía en la Basílica de San Pedro en el Vaticano el 6 de enero de 2025

El Papa explica las características de la estrella que guio a los Reyes Magos hasta Jesús

«Es luminosa, es visible para todos e indica un camino», afirmó durante la homilía de la Eucaristía en la festividad de la Epifanía del Señor

«Los Magos testimonian que se pusieron en camino, lo que cambió sus vidas, porque vieron en el cielo una nueva luz. Quisiera que reflexionáramos sobre esta imagen, mientras celebramos la Epifanía del Señor en el Jubileo de la esperanza; y me gustaría subrayar tres características de la estrella de la que nos habla el evangelista san Mateo: es luminosa, es visible para todos e indica un camino».

Así comenzó el papa Francisco la homilía de la Eucaristía en la fiesta de la Epifanía del Señor. Y lo hizo tomando como referencia las palabras del Evangelio: «Vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo».

En el desarrollo de las características de esa estrella, Francisco dijo que luz que derrocha es distintas, pues «ilumina y da calor quemándose y dejándose consumir». «La estrella nos habla de la única luz que puede indicarnos a todos el camino de la salvación y de la felicidad: la del amor. Esa es la única luz que nos hará felices», subrayó.

Y continuó: «Ante todo, el amor de Dios, que haciéndose hombre se nos ha dado sacrificando su vida. Luego, como reflejo, el amor con el que también nosotros estamos llamados a entregarnos mutuamente, convirtiéndonos con su ayuda en un signo recíproco de esperanza, incluso en las noches oscuras de la vida. Pensemos en esto: ¿somos nosotros luminosos en la esperanza? ¿Somos capaces de dar esperanza a los demás con de la luz de nuestra fe?»

Sobre la segunda característica, la visibilidad, dijo que los Magos siguieron a un astro que estaba en el firmamento. Ellos lo vieron, otro no, pero está allí, «accesible a cualquiera que levante la mirada al cielo».

«Y este es un mensaje importante: Dios no se revela a círculos exclusivos o a unos pocos privilegiados, Dios ofrece su compañía y su guía a quien lo busca con corazón sincero . Es más, a menudo se anticipa a nuestras propias preguntas, y viene a buscarnos incluso antes de que se lo pidamos», añadió.

Finalmente, la estrella invita a realizar un viaje que, en palabras de Juan Pablo II citadas por Francisco, «libere nuestro corazón de todo lo que no es caridad para encontrar plenamente a Cristo».

«Contemplando la estrella, podemos renovar también nuestro compromiso de ser mujeres y hombres del camino, como se definían los cristianos en los orígenes de la Iglesia», concluyó.

La reflexión el ángelus

Tras la Eucaristía y antes del rezo del ángelus, Francisco volvió a ofrecer una reflexión al hilo del viaje de los Magos, que arriesgaron y superaron las incertidumbres para encontrarse con el Mesías. Una actitud que contrapuso contra muchos de los que estaban cerca de aquel portal y que permanecieron indiferentes.

«Si prestamos atención, descubrimos algo un poco extraño: mientras aquellos sabios llegan desde lejos para encontrar a Jesús, los que estaban cerca no dan un paso hacia la cueva de Belén. […] Esto nos hace reflexionar y de alguna manera nos provoca, porque suscita una pregunta: nosotros, yo, hoy, ¿a qué categoría pertenecemos? ¿Somos más similares a los pastores, que la misma noche van apresurados a la cueva, y a los Magos de Oriente, que parten confiados en busca del Hijo de Dios hecho hombre; o somos más similares a aquellos que, a pesar de estar físicamente muy cerca de él, no abren las puertas de su corazón y de su vida, permanecen cerrados e insensibles a la presencia de Jesús? Hagámonos esta pregunta. ¿A qué grupo de gente pertenezco?», interpeló el Pontífice.

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